Las paredes son, sin duda, un elemento clave a la hora de definir el estilo decorativo de una estancia, y por eso hoy les vamos a poner toda nuestra atención.
Si el trabajo lo vamos a hacer nosotros mismos, debemos tener algo claro antes de empezar a pintar, y es que debemos preparar la superficie si queremos conseguir un cambio profesional y satisfactorio. Hablamos de eliminar desperfectos, grietas, esquinas estropeadas o agujeros de taladros, para así poder disfrutar de un 'lienzo en blanco' sobre el que reflejar toda nuestra creatividad decorativa. Para ello necesitaremos pasta reparadora, que aplicaremos con una espátula, una lija para pulir el resultado y una imprimación para terminar de preparar la superficie.
Una vez preparadas las paredes, podemos optar por diferentes tipos de esmaltes, para conseguir diferentes acabados. Por lo general, lo habitual es recurrir a pinturas de colores mates lavables. Sin embargo, también tenemos la oportunidad de escoger algún tipo de efecto decorativo, bien para toda una estancia o bien para dar protagonismo a una de las paredes. Hablamos de acabados como efecto veladura con acabado traslúcido, efecto óxido sin brillo, acabado rústico con relieve, rematar con barnices con efecto purpurina, o con efectos metalizados...
Por su parte, también tenemos la posibilidad de combinar la pintura escogida con elementos decorativos como los vinilos o las plantillas. Sin embargo, para emplear este tipo de accesorios lo mejor es trabajar sobre paredes lisas, y hoy en día son aún muchas las casas que tienen gotelé. Pero siempre podemos recurrir a su eliminación, un trabajo que, aunque requiere esfuerzo y paciencia, se puede realizar de dos formas:
1. Cubriendo la pared con pasta cubregotelé, la opción ideal para paredes con pintura acrílica, que es mucho más difícil de eliminar. Para ello tendremos que ir aplicando el producto con un rodillo, y alisando la superficie con una llana, para terminar pasando una lija para eliminar las imperfecciones. Si es necesario, aplicaremos una segunda mano.
2. Retirando el gotelé, una posibilidad cuando es pintura al temple. Para ello tendremos que humedecer la pared, para después retirar el gotelé con ayuda de una espátula. Después, tendremos que terminar el trabajo aplicando una mano de imprimación.
Una vez tenemos las paredes lisas, las posibilidades decorativas se multiplican, tal y como vemos en estas imágenes:
Así, no te lo pienses y atrévete a darle un cambio a tu hogar. Ponte manos a la obra y renueva tus paredes con todo tipo de diseños y acabados.