Con la vuelta al cole, los bricolegas ponen lo mejor de su habilidad en toda clase de proyectos destinados a los pequeños estudiantes: mesas, sillas, repisas, escritorios, lapiceros...
Naturalmente, la iluminación es un factor de capital importancia en el lugar de estudio. Y cobra de nuevo actualidad la pregunta que encabeza este blog: ¿cuál es la mejor luz para estudiar?
Hay total unanimidad en la respuesta: sin duda, la luz natural.
Pero, como sabemos, no siempre es posible que los peques estudien con luz natural. Y, en los meses de invierno, tenemos que descartar esa opción: ¡cuando los niños llegan a casa ya es casi de noche!
De modo que la pregunta, entonces, debería ser: ¿cuál es la segunda mejor luz para estudiar?
Nos referimos siempre a un flexo o una pequeña lámpara sobre la mesa. ¿Y qué tipo de bombilla debería tener?
¡Aquí la cosa está mucho menos clara de lo que parece! Las luces halógenas no se recomiendan, por las altas temperaturas que alcanzan, y también porque es desaconsejable permanecer horas y horas cerca de un transformador.
Los fluorescentes quedan absolutamente descartados, porque la luz tiene una oscilación, un 'parpadeo', que ocasiona fatiga a la vista.
¡Y lo mismo podemos decir de las modernas bombillas de bajo consumo!
Y así, muchos expertos concluyen sorprendidos que la mejor luz para estudiar es... ¡la clásica bombilla de toda la vida!
¿Qué piensas del tema, puedes aportarnos algún dato de utilidad?
[Foto: facilisimo.com/fernando_baron]