Realizar una mesa de mosaico para tu jardín o cualquier zona que desees, es una buena forma de trabajar con la cerámica de los azulejos. Ya que, reúne virtudes excepcionales: dureza extrema, colores luminosos, resistencia al calor y a los productos químicos, nula porosidad. En otras palabras, los vistosos azulejos son casi inmunes al sol, los golpes y los rasguños, se limpian con toda facilidad, y conservan largos años su flamante apariencia. Estamos ante el material perfecto para una mesa de jardín.
Hacer la mesa de mosaico implica que puedes utilizar los azulejos enteros, como vimos en otro reportaje, o bien troceados formando un mosaico. Estos adornos quedan muy bien en paredes, columnas, suelos, y desde luego también en muebles como las mesas. Así lo demuestran nuestra lectora Inexperta y su marido, que han convertido en artículos de lujo dos humildes mesas abandonadas.
Inexperta nos cuenta que encontraron en la escombrera “unas mesas de tijera viejísimas”. Para hacerles el sobre nuevo, cortaron tablero DM a la medida.
Con azulejos varios, también rescatados de la basura, recortaron teselas de colores, que fueron clasificando en una repisa.
Dibujaron el esquema de lo que cada uno pensaba hacer, Inexperta un pez y su marido una espiral. Presentaron las piezas sobre el DM, alternando los colores.
El dibujo de la espiral se completó con unas piezas alargadas a modo de marco. El pez de Inexperta llevaba dos azules distintos, uno para el mar y otro para el cielo.
Pegaron las teselas con cola, y añadieron cantoneras en ambas mesas. Después mezclaron cemento blanco y agua para rejuntear entre las teselas.
En el centro de la espiral colocaron la baldosa de un castillete, también hallada en la fértil escombrera.
Y aquí tenemos el deslumbrante resultado. Después de una mano de aceite de linaza, las mesas están listas para prestar servicios. ¡Enhorabuena!