Muchas veces insistimos en la importancia del aislamiento para conseguir una vivienda cómoda y protegida, tanto desde el punto de vista térmico como acústico. Así, en esta ocasión, con motivo de nuestro especial dedicado a la ecología, vamos a hablar de los aislamientos ecológicos.
Entre las principales ventajas, lógicamente, se encuentra el menor impacto de estos sobre el medio ambiente. Además, son materiales no tóxicos, de gran duración y con una alta resistencia a la humedad. Por su parte, están fabricados a partir de recursos renovables. De este modo, podemos encontrar tres tipos de aislamientos según su origen:
De origen animal. Entre ellos destaca el elaborado a partir de la lana de la oveja, del que se obtiene un material aislante de una gran resistencia térmica, bastante ligero y preparado ante la humedad.
De origen vegetal. En este campo destacaríamos el cáñamo que, tal y como vimos en el post 'Construcción ecológica con cáñamo', se define por sus altas propiedades aislantes, además de su utilidad en otras ramas de la construcción. Sin embargo, también se emplean otros materiales como la fibra de lino, el corcho o el algodón.
Además, también materiales aislantes a partir del reciclaje, como la celulosa, que se extrae del papel de periódico reciclado y supone un buen aislamiento térmico y acústico, o las fibras de madera, que provienen de restos de madera reciclados.
De origen mineral. Entre los materiales aislantes de origen mineral destaca la arcilla expandida, que destaca por su ligereza, la lana de vidrio, también ligera y muy manejable, y la lana de roca, que destaca por su resistencia al fuego.
Fuentes: Eco Habitatge y Rotondaro.