Si es una casa de nueva construcción, será necesario elegir los muebles y establecer prioridades por habitación, para no desperdiciar espacio ni que, en el peor de los casos, nos falten piezas de mobiliario.
Por el contrario, si la hemos adquirido a otros inquilinos, hay que definir qué cosas nos dejan y cuáles no para intentar aprovechar los objetos o el mobiliario que se quede en el hogar.
Establecer prioridades
En primer lugar, debemos asegurarnos de que tanto el circuito eléctrico como las tuberías del agua están en perfecto estado y no nos van a presentar problemas. Esta comprobación se realizará fundamentalmente cuando no somos los primeros propietarios de la vivienda.
En segundo lugar, debemos acondicionar el dormitorio principal para dormir todos los días. Si disponemos de un presupuesto limitado, esta será la primera habitación que amueblaremos para poder disfrutar del descanso necesario.
Es aconsejable también establecer una lista de preferencias para los muebles ya que el frigorífico y la vitrocerámica, por ejemplo, deberían situarse por delante de los aparatos de música o las televisiones, pues la alimentación es parte fundamental en nuestras vidas.
Lo mismo ocurre, si se da el caso, de que tengamos que hacer algunas reparaciones en el hogar, ya sea de tuberías, albañilería o la simple reparación de una gotera, que deben ser siempre la prioridad.
La pintura y el estilo personal
Algo que muchas personas recomiendan, es que sin importar el estado de las paredes, siempre debemos pintarla como primer paso para sentirnos dueños reales del inmueble, ya que el color puede ser importante para definir nuestros gustos.
Por esta razón, no deberíamos despreciar la casa al primer vistazo, porque no nos gustaron los tonos con los que está pintada, pues darles una buena mano de pintura puede ser un ejercicio agradable, además que los materiales necesarios no son demasiado costosos.
Muebles y decoración
Otro consejo que hay que tener en cuenta a la hora de acondicionar la vivienda es saber si se trata de una casa para arrendar o para disfrute propio.
Si se trata del primer caso, optaremos por una decoración más neutra y ecléctica pues no sabemos quiénes van a ser los inquilinos futuros ni cuáles serán sus gustos.
Por supuesto, tendremos que hacer las obras necesarias para que la casa quede lista para entrar a vivir y un inventario de todos los muebles y utensilios que vayamos a dejar allí.
En caso de que la casa esté destinada a nuestro uso y disfrute, es preferible ir comprando cosas que nos gusten poco a poco antes que buscar ofertas y llenar la casa de estilos diferentes e incompatibles.
Esto evitará que en el futuro nos arrepintamos de no haber esperado un poco más, para poder adquirir aquella estantería de madera que tanto nos gustaba o aquel sofá que nos enamoró a primera vista, pero que tuvimos que descartar en un primer momento.