En este post queremos ayudarte a transformar tu pequeña casa a través de las paredes, pues pintándolas según los consejos que encontrarás a continuación lograrás un cambio espectacular.
Por supuesto, en este tipo de casas la organización también es clave, así que antes apunta ESTOS CONSEJOS.
¡Pinta así las paredes de tu pequeña casa!
1. Emplea tonalidades claras y, si no quieres arriesgar, apuesta por el siempre acertado blanco. En cuanto a las primeras, te recomendamos el beige, el amarillo o, preferentemente, el gris. Si te decantas por el color más impoluto de todos, entonces debes saber que existen matices y que, si no quieres que el resultado sea excesivamente frío, deberías elegir una variante cálida con subtonos rojos o amarillos.
2. Recuerda que, si el espacio es reducido, no es aconsejable variar el color base que elijas de una estancia a otra. La idea es que las paredes destaquen lo mínimo posible y ayuden a generar la impresión de espacio infinito (el suelo también puede ayudar a potenciar esta sensación).
3. No obstante, y a pesar del anterior punto, generar contraste también puede ser una buena idea, pero solo en una pared de cada estancia (como mucho) y siguiendo la misma gama cromática en toda la casa. Algunas opciones de tendencia son el azul petróleo, el marrón oscuro o el morado intenso.
4. Existe una norma no escrita que siguen muchos decoradores a la hora de seleccionar las tonalidades, no solo de las paredes, sino también del resto de ornamentos y detalles decorativos. Y es la regla del 60-30-10. Elige un tono neutro que predomine en un 60% y otro color que puedas emplear en elementos importantes, como el sofá o las alfombras, que combine a la perfección con el anterior. Reserva el 10% restante para generar toques de impresión con tonalidades más atrevidas.
5. Aunque a priori no lo parezca, el último consejo es uno de los más importantes. Al principio hablábamos del poder de los tonos claros, más específicamente del blanco, y ahora aprovechamos las ventajas de este color más allá de las paredes... ¡en rodapiés y puertas!
La opción predilecta para casas realmente pequeñas es pintar todas las paredes de blanco, rodapiés y puertas incluidos, y elegir una pared del salón o el dormitorio para pintarla en un color potente que actúe de contraste.
Si no te gusta demasiado la decoración monocromática, aprovecha los elementos y detalles decorativos para inundar el espacio de alegría y matices.
Si, por el contrario, te consideras una persona minimal, entonces estás de suerte porque tus preferencias coinciden con las directrices de los interioristas y expertos en decoración para casas de tamaño reducido o muy reducido.
¡Nos vemos en el próximo post de Vivienda Saludable!