Así, estos son algunos de los tipos de revestimientos que podemos instalar:
1. Paneles de madera. La madera es un material bastante aislante, por lo que es perfecta para retener los ruidos. Además, es indudable la capacidad de la madera para crear entornos cálidos y acogedores, sobre todo en entornos rústicos. Eso sí, se trata de una opción que va a necesitar bastante mantenimiento.
2. Cerámica, piedra... Pueden ser piezas naturales (mucho más caras) y artificiales (bastante más económicas). Son perfectos para crear contraste y dar protagonismo a una pared, y encajan con muchísimos estilos decorativos. En cualquier caso, es mejor no abusar de ellos.
3. Mármol. Entre sus principales desventajas se encuentra el precio pero, por el contrario, aporta un toque sofisticado y elegante y es muy resistente. En cualquier caso, actualmente podemos encontrar alternativas que imitan su acabado.
4. Papel pintado. Todo vuelve en el mundo de la decoración y el papel pintado, tan popular en las casas de hace unas décadas, es hoy una alternativa escogida por muchos en sus diferentes estampados y tonalidades. Y es que actualmente podemos encontrar todo tipo de diseños. Además, es muy fácil de instalar.
5. Metálicos. Son probablemente la opción más contemporánea y vanguardista, y son ideales para estilos decorativos más arriesgados como, por ejemplo, el industrial. Además, quedan muy bien combinados con otros elementos como paredes de ladrillo visto, elementos estructurales a la vista (tuberías, vigas...), microcemento...
6. Vidrio. Su principal ventaja es que deja pasar la luz natural y amplia la sensación de espacio, por lo que son perfectas para casas pequeñas. Así, podemos encontrar vidrios de diferentes tonalidades, texturas, con vinilos...
7. Azulejos. Es el material por excelencia en baños y cocinas, pues es fácil de mantener y es muy resistente, perfecto para este tipo de zonas que acumulan humedad y que tienen tanto uso diario. Además, tienen la ventaja de que se pueden pintar y, con ello, cambiar por completo de estilo.
8. Fibras naturales. Para las viviendas más sostenibles, el corcho o el junco pueden ser una posible alternativa como revestimiento. Además, son grandes aislantes acústicos. Sin embargo, la principal desventaja es su mantenimiento.
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