Esos muebles que ya tienen unos años y de los que estamos cansados, vamos a darle un aire nuevo, cálido y que hago de nuestro salón o dormitorio un rincón agradable y en el que apetece estar. Anímate a pintar tus muebles de blanco en muy pocos y sencillos pasos.
Lo primero será colocar el mueble sobre una protección, ya sea plástico o papel de periódico que nos permita trabajar cómodos y sin dañar o manchar el suelo. Una vez que esté todo listo, empezamos quitando todas las clavijas, bisagras o soportes que contenga el mueble, pues vamos a llegar a todas las piezas y si podemos dedicarle un rato a cada una, mucho mejor.
Ahora vamos con uno de los pasos básicos a la hora de tratar un mueble, el lijado. Podemos utilizar desde el papel de lija normal, hasta la lijadora mecánica, todo vale con tal de llegar a todos los rincones y dejar el mueble lo mejor preparado posible. Si la pintura o el barniz que estaba en el mueble se está desconchando y no conseguimos quitarlo, igual debemos recurrir a un tratamiento decapante, un paso que nos alarga un poco el proceso pero con el que nos aseguramos que queda perfecto. Si utilizamos un producto químico para decapar, es fundamental protegernos bien y hacerlo en un lugar ventilado dada su toxicidad.
Si al terminar el paso del lijado podemos pasar una lana de acero por toda la superficie nos aseguraremos de que la pintura que daremos a continuación se adhiere a la perfección al mueble. Un paso que aunque no es obligatorio, no nos quita apenas tiempo y ganamos en el resultado final. Tras todo esto, pasaremos un paño humedecido y recogeremos todo el polvo que el lijado ha desprendido, siendo bastante meticulosos pues debe quedar todo limpio para que no haya problemas con los siguientes pasos.
La fase de pintura la empezamos con una capa de imprimación base, que en caso de ser un mueble de madera deberemos aplicar siempre en el sentido de la veta. Con la primera capa ya seca aplicaremos otra para asegurarnos un buen resultado y una buena adherencia para la final. Esta pintura base es recomendable que sea especial para bloquear los antiguos tintes que tuviera el mueble y que no vuelvan a relucir en un futuro.
Antes de dar la capa definitiva de pintura, pasaremos nuevamente la lija, aunque esta vez nos costará menos pero debemos llegar a todos los huecos.
La pintura blanca definitiva la aplicaremos con rodillo o brocha, siendo capas delgadas y un mínimo de dos, aunque si damos alguna más no habrá problema. Recordamos que si es madera, debe seguir el sentido de la veta.
Los acabados pueden ser variados, todo depende de lo que busquemos y lo que nos resulte más cómodo. Podemos desde envejecer el blanco con betún de judea, hasta aplicar un sellador 24 horas después de la pintura o una capa de poliuretano al agua, que nos dejará un tono brillante en el mueble. Eso lo dejamos a vuestra elección.
Con el acabado ya seco, podemos volver a colocar las piezas del mueble y disfrutar de una pieza absolutamente nueva en nuestra decoración. Os dejo un ejemplo en vídeo del increíble cambio de un mueble al pintarlo en blanco y con los pasos explicados.
Espero que os sirvan estos consejos y trucos para que consigáis unos muebles renovados. Ya sabéis que cualquier problema, duda o sugerencia que tengáis, espero vuestros comentarios en nuestro muro de facebook.