Los foreros recibieron con enorme cariño tales enseres, que siguen ofreciendo utilidad a sus nuevos propietarios. Y el primer beneficio de estas sencillas herencias es tener cada día en casa el recuerdo vivo de los familiares venerados. Porque, como dice Rago, es bueno crear lazos entre las personas que nos precedieron y las que nos sucederán.
Alleranu participó con un recuerdo muy especial para su ‘costillo’ y también para ella: la trona infantil que le hizo su abuelo. “Estaba en el desván de casa de mi suegra, y, como todo lo antiguo me gustó siempre, la rescaté”. Nuestra lectora la restauró poniendo en ello los cinco sentidos, y de esa forma consiguió uno de los adornos más entrañables de su casa.
Aurora7 conserva el palanganero y la jofaina que estuvieron en la alcoba de su abuela. Gracias a un desenfadado tuneo, estas piezas siguen mostrando sus bellas formas tradicionales, con un estilo alegre y juvenil que ha hecho olvidar el severo gusto de antaño.
Hadaline nos deja extasiados con un venerable armario, que fue el regalo de un amigo ebanista cuando nació su abuelo. “Tendrá unos 92 años, y el pobre ha sido, además de armario ropero, vitrina para la vajilla en mi anterior casa, y ahora es el mueble donde tengo el televisor en el salón”.
Cuando Rago heredó una mesilla de su abuela, decidió al instante pintarla y ponerla en el cuarto de su princesita, biznieta de la primera dueña, a la que no pudo conocer. “En casa hablamos mucho de nuestros mayores, aunque ya no estén, y mi hija siente con ellos una conexión especial, pues a través de nuestras palabras, fotos, y objetos, se crea un lazo como si se hubieran conocido, y eso es bueno. Ella está encantada con la mesilla de su bisabuela, también mi madre, y por supuesto yo”.
Hace años, Menorca vio un pequeño estante tirado entre los escombros, y sin pensarlo mucho lo recogió. Tenía dos varillas rotas, y Menorca decidió reponerlas. “Nunca había arreglado nada, y a partir de ese día me entró el gusanillo. No es gran cosa pero le tengo mucho cariño. La parejita de muñecas las compré en un anticuario”. Una feliz reunión que hoy adorna su salita.
Monielfa nos presenta la colcha que su bisabuela hizo en un telar hace 115 años. La artista le puso sus iniciales, MJ RM. El fondo es rojo y tiene dibujos en amarillo, verde y malva. "Es mi tesoro”, dice Monielfa con enorme orgullo.
La madre de Porrillitas compró esta mesa cuando se casó. Cuando llegó a manos de nuestra lectora, “se encontraba en muy mal estado y la tuve que tunear con gran pesar, porque hubiera querido dejarla como estaba”. A pesar de su descontento, el trabajo que ha hecho con el mueble nos parece un total acierto.
Y hemos reservado el plano final para Paqui2, la anfitriona de este rincón tan especial en el foro. El reloj de cuco perteneció a sus abuelos, y hoy alegra el despacho de su casa. El traje de bautismo lo hizo su bisabuela antes del año 1900, “y con él se bautizaron mi abuela, mi madre, mi hija, y quizás también se bautice mi nieta”. Un detalle muy sentido y entrañable, que pone el broche de oro a este álbum de recuerdos.