¿Habéis oído alguna vez hablar de la psicología de los colores? Según diferentes estudios, los colores pueden provocar y transmitir diferentes sensaciones en la persona que los percibe. Así, esta teoría puede suponer un punto más a tener en cuenta a la hora de escoger los colores de nuestras paredes.
De este modo, los colores según la psicología de los colores se pueden clasificar en activos, pasivos o neutros:
1 Los colores activos son también los colores cálidos, entre los que se encuentran los amarillos, los naranjas y los rojos. Este tipo de tonalidades reflejan energía y positivismo, creando espacios acogedores, siendo adecuados para salones.
En el caso de los amarillos, inspiran creatividad, por lo que es perfecto para habitaciones de estudio o despachos. Por su parte, el rojo atrae a la sociabilización, aunque es mejor emplearlo en pequeñas dosis, y los naranjas la unión, por lo que estos últimos son idóneos para dormitorios de matrimonio.
2 Los colores pasivos son los denominados como fríos, entre los que se encuentran los azules, los morados, los verdes.. Entre ellos destaca la sensación de tranquilidad, relajación, paz.. Por ello, son idóneos para zonas dedicadas al descanso y espacios más íntimos, como los dormitorios o el cuarto de baño.
3 Los colores neutros serían los tonos crudos, como los beis, los blancos, los grises.. perfectos para combinar con otras tonalidades. Además, su sensación será similar a la de los tonos pasivos, creando entornos apacibles.
Entre ellos, el blanco es perfecto como punto de unión, para acompañar a otros colores.
Fuente: Color-es.net y Pintar sin parar. Foto: Ikea