Con el paso de los años, la pintura de las paredes de casa va perdiendo color, bien por la exposición a la luz o simplemente por el desgaste. Además, la suciedad y el polvo, aunque no lo veamos, se van acumulando, lo que supone la posible presencia de ácaros y bacterias.
Es por esto que, con un plazo de entre 3 y 5 años, debemos plantearnos pintar de nuevo, aunque esto suponga tener la casa desmantelada durante unos días. Además, qué mejor momento que este para hacer una limpieza general, ¿no creéis?
Así, la primera decisión que debemos tomar es quién realizará el trabajo, un pintor profesional o nosotros mismos. Y lo cierto es que cada vez son más las familias que se decantan por la segunda opción, en un intento de reducir la inversión económica necesaria para ello. Y es que, en realidad, se trata de una tarea muy sencilla que podemos realizar sin problemas.
Llegados a este punto, ¿qué pintura debemos emplear? A rasgos generales, los dos tipos de pintura que podemos encontrar, en función del disolvente que emplean, son:
- Pinturas al agua, que son muy económicas. Dentro de estas, además, podemos encontrar diferentes opciones: el temple, ideal para paredes lisas; pinturas plásticas, que se pueden lavar fácilmente; pintura a la cal, que es muy resistente..
- Pinturas al aceite, que son más resistentes al paso del tiempo.
Además, en ambos casos podemos encontrar subdivisiones en cuanto al acabado que podemos conseguir: atinado, mate o brillante. Pero, en cualquier caso, lo fundamental es hacernos con una pintura de calidad, ya que, aunque sean más caras, después resultarán más rentables ya que cubren mejor la superficie y podremos dar menos capas.
Una vez decidido esto, solo nos queda determinar las tonalidades deseadas y la combinación y estilo con los que jugaremos, ya que podemos optar por diferentes acabados: paredes a rayas, paredes de diferentes colores, dos colores en una misma pared con la separación de un zócalo o texturas como el esponjado, el trapeado, la patina...
En cuanto a los rodillos, podemos escoger entre diferentes materiales: los de goma espuma dejan texturas muy igualadas, los de lana son ideales para tabiques y yeso y los de pelo natural también se emplean en paredes interiores. Por su parte, emplearemos de pelo largo para paredes irregulares y de pelo corto para paredes lisas. En cuanto a la técnica, es muy básica: aplicar, cruzar y repasar.
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