Lacar las puertas, ya sea de un armario o las de paso, es una forma rápida y económica de cambiar radicalmente su aspecto, actualizarlas y hacer que se integren con la decoración de nuestro hogar. No es un trabajo muy complicado pero se han de seguir una serie de pautas para obtener un buen resultado.
En mi caso en particular, quería renovar las puertas del armario empotrado de una de las habitaciones porque el color original no me gustaba, parecía anticuado y además no estaba acorde con el resto de mobiliario de la habitación (de color blanco). Encargar unas puertas nuevas se iba de mi presupuesto, así que por poco más de 30 ? cambié su aspecto.
Materiales
Éstos son los materiales que vamos a necesitar:
Lija de grano medio. Si vamos a lijar a mano mejor utilizar un taco de lija para evitar que nos quememos con la fricción.
Rodillos para lacar de varios tamaños. Si el rodillo es de lana virgen obtendremos una superficie más uniforme cuanto más corto sea el pelo, y si es de espuma mejor elegir los de menos porosidad.
Pincel para rincones donde no llegue el rodillo. Importante que sea de calidad y no vaya perdiendo pelo.
Bandeja para pintura.
Imprimación selladora para la madera. Aunque existen varios colores en el mercado, si pintamos el color definitivo sobre una base blanca obtendremos un tono más luminoso.
Esmalte acrílico. Considero muy importante que sea un esmalte de calidad, resistente a los golpes y arañazos (frecuentes en las puertas), que no se degrade y amarillee con el tiempo.
Cinta de carrocero y protectores para el suelo. Más vale cubrir que limpiar…. por experiencia.
PASO 1: Cubrir
Hay que cubrir bien con cinta de carrocero los bordes de los marcos para no ensuciar la pared, así como tapar el suelo. Es un trabajo laborioso y aburrido pero fundamental para un buen acabado. También es conveniente desatornillar herrajes y tiradores para poder acceder mejor a todos los rincones cuando pintemos.
PASO 2: Lijar
Lijar siguiendo el sentido de la veta de la madera e insistir en las zonas en las que haya algún roce o desconchón, aplicando masilla si fuera necesario.
Paso 3: Limpiar
Para que se adhiera bien la capa de imprimación es muy importante que la superficie esté limpia de productos y ceras. También es muy importante que limpiemos el polvillo que se hace al lijar, para ello resulta muy efectivo pasar un trapo humedecido después de lijar e, incluso, la aspiradora con el accesorio para alfombras para no dañar la superficie de la puerta.
En mi caso, para limpiar la puerta después del primer lijado utilicé alcohol de quemar.
PASO 4: Aplicar la imprimación
Una vez tenemos la puerta perfectamente limpia y seca, aplicaremos la primera capa de imprimación. En principio es tan sencillo como pasar el rodillo pero aconsejo que éste sea de calidad ya que, cuanto más uniforme sea la capa de imprimación, menos habrá que lijar y mejor será la base para la pintura definitiva.
Particularmente recomiendo dar siempre dos capas de imprimación ya que, al igual que ocurre cuando se construye una casa, es muy importante tener una buena base para obtener un mejor resultado. Respetar los tiempos de espera recomendados por el fabricante para el lijado y aplicación de una segunda capa. También es muy importante que no olvidemos que después del lijado se ha de limpiar la superficie con un trapo bien escurrido o pasando la aspiradora con cuidado, a fin de no dejar ni rastro de polvillo sobre la superficie a pintar.
Paso 5: Aplicar el esmalte
El esmalte se ha de aplicar de forma uniforme, intentando impregnar toda la superficie en la primera pasada de rodillo y tratando de cubrir bien en las siguientes. No hay que presionar fuerte el rodillo para no arrastrar la pintura con las pasadas, sino deslizarlo de forma suave.
Al igual que con la imprimación, hay que respetar los tiempos recomendados por el fabricante para la aplicación de la segunda capa.
Es muy importante que elijamos una pintura de calidad ya que, a la larga, resulta más económico gastarnos ahora un poco más que decapando y volviendo a pintar la puerta cada pocos años.
PASO 6: Colocar tiradores, herrajes, molduras…
Una vez está todo bien seco, podemos volver a colocar las puertas, cambiar los tiradores, aplicar molduras, vinilos, etc., En mi caso he cambiado los tiradores por otros más modernos.
Como veis el proceso no es excesivamente complicado pero sí laborioso y requiere paciencia. No es como en los programas de bricolaje que en un día lo tienen todo pintado y colocado, hay que respetar los tiempos de secado, que según la selladora y pintura empleada puede ser de 24 horas.
Espero que con estos consejos quedéis tan satisfechos con el resultado final como he quedado yo. Ahora el armario pasa prácticamente desapercibido, la habitación incluso parece más amplia, antes era la nota discordante, parecía un pegote que no estaba en sintonía ni con el estilo decorativo de la habitación, ni con la paleta cromática de tonos blancos y verdes. ¿Qué os parece a vosotros?