Sin embargo, liarse la manta a la cabeza y meterse en una gran reforma no siempre es una opción. Por suerte, existen alternativas mucho más asequibles y con resultados muy eficaces: vinilos autoadhesivos para el suelo, pintura cerámica para los azulejos y un poco de pintura y restauración para las puertas de casa.
Y es que hoy os invitamos a meter un poco más de luminosidad a vuestros hogares, pintando las viejas puertas de madera de blanco. Como sabéis, los colores claros reflejan la luz, multiplicando la luminosidad que proporcionan los rayos solares que entran por las ventanas. Por ese motivo, es un recurso ideal para cualquier tipo de hogar pero, sobre todo, para estancias pequeñas. Además, desde que el estilo nórdico se extendió por el resto del mundo a través de la decoración, el blanco se ha convertido en el gran protagonista de los hogares.

Pasos para restaurar y pintar las puertas
1. Para poder trabajar con más comodidad y precisión, accediendo a todos los huecos y detalles, debemos descolgar las puertas y ponerlas sobre una superficie lisa, ya sea el suelo, una mesa amplia. Y si es en exterior, mucho mejor.2. La mayoría de las puertas de madera, sobre todo si son antiguas, están barnizadas, por lo que tendremos que empezar haciendo uso de nuestra lijadora. Así, a la hora de elegir la lija, tendremos que tener en cuenta el tipo y el número de grano. De este modo, para retirar el barniz, lo recomendable es utilizar una lija de grano grueso, con un número de entre 40 y 80.
Además, en el caso de que nuestra puerta sea muy antigua, tendremos que comprobar si tiene desperfectos, arañazos, agujeros... En este caso, los cubriremos con masilla para madera.
3. A continuación, un paño húmedo retiraremos todo el polvo generado por el proceso de lijado.
4. Con la superficie limpia, aplicaremos una primera mano de imprimación. Cuando haya secado, lijaremos levemente utilizando una lija de grano medio (número del 100 al 220), para después remover el polvo, y volver a aplicar otra mano de imprimación, y volver a lijar. Queremos que el nuevo color nos dure mucho tiempo y, por ello, es recomendable realizar este paso, así nos aseguraremos de que la pintura final se adhiere correctamente.
5. Llega el momento de aplicar la pintura. Para ello, podemos emplear un esmalte acrílico con base agua, que aplicaremos en dos capas.
6. Por último, podemos aplicar una capa de cera incolora, para proteger el resultado.
Esperamos que este post os resulte de utilidad. Nos vemos en el próximo artículo de Vivienda Saludable.