Y como ya nos conocéis, sabéis que a todo le damos una segunda oportunidad. Aunque a ésta, era mucha la oportunidad que le dábamos.
Pero bueno, nos gustan los retos.
Así que la desmontamos toda, incluso el cableado, y empezamos a limpiarla. Y sorpresa!!!, debajo de tanta negrura, salió una pintura azul. Cuando ya creíamos que la teníamos lista...Pues nada, a sacar minuciosamente la fantástica pintura.
Después de mucho rascar, por fin terminamos.
Y un detalle importante. Nos hicimos un croquis a medida que la íbamos desmontando, ya que tenía muchas piezas y luego hubiera sido como un puzzle de difícil solución.
Le pusimos toda la parte eléctrica, con interruptor y enchufe nuevos.
Y para que no se vuelva a poner negra, le dimos un barniz para metales.
A ver que os parece.
Fuente: este post proviene de El taller de Restauración de Lila, donde puedes consultar el contenido original.
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