La estantería de yeso es una forma muy práctica de vestir una sala. La hacemos mucho más acogedora, y al mismo tiempo conseguimos sitio para ordenar infinidad de cosas. Normalmente pintada en el mismo color blanco de la pared, es la opción más aconsejable cuando buscamos ligereza y luminosidad. Empleando yeso laminado podremos ejecutar nosotros mismos la tarea, !veamos un ejemplo sensacional!
Nuestra lectora Lakmé nos enseña una reforma muy interesante en un hueco de su salón con una estantería de yeso, que había sido un armario empotrado. El plan era hacer una librería, para luego poner delante un sofá y crear el rincón de lectura y música. Para los materiales de las baldas, sopesaba la madera, el DM, la melamina y el yeso laminado. Tras ver una demostración de montaje en Leroy Merlín, la elección se decantó por el yeso laminado.
La idea era hacer cinco baldas a cada lado, espaciadas unos 35 cm. Como suele ocurrir, las medidas son irregulares y varían según la cota, lo que obligó a sacar la plantilla de cada balda. El primer paso es marcar la pared, lo que, con una columna en medio, requiere usar el nivel constantemente para comprobar cada balda.
El siguiente paso es la lista de la compra. El proyecto requiere placas de trillaje; perfiles metálicos con forma de "U" para sujetar la balda a la pared; tacos y tornillos para los perfiles; tornillos pavonados o fosfatados para fijar las baldas a las guías; tapeta de DM para cerrar el frontal de las baldas; y, finalmente, cintas para embellecer y pasta para juntas.
Como vemos, cada perfil lleva anotada su posición en el esquema constructivo.
Una vez recortadas las guías y anotadas las medidas, llega la fase de instalación. Nuestra amiga utilizó la broca del 6, haciendo tres agujeros por cada pieza larga.
Dado que el hueco presentaba continuas irregularidades, hubo que hacer cada balda a la medida, con plantillas de cartón.
"Hecha la plantilla, la trasladamos a la placa, comprobamos ángulos y medidas, y serramos", explica Lakmé. Sus consejos en este apartado son sujetar bien la placa para que el corte de la hoja sea limpio, marcar previamente con un cúter, y poner siempre el serrucho bien perpendicular a la placa para que el corte salga recto.
Una vez recortada la balda, hundimos el relleno de cartón para que encajen bien los perfiles.
Encajada la balda, el siguiente paso es atornillarla a los perfiles, para que quede perfectamente sujeta. "Se supone que los tornillos pavonados son autoperforantes, pero no: con un atornillador eléctrico normalito, al introducir el tornillo en el perfil se pasa de rosca, queda un agujero enorme y se agrieta el yeso si no tienes muchísimo cuidado", explica Lakmé. Su consejo es hacer un taladro previo con la broca de cobalto del nº 2, ·después el tornillo pavonado entra solito y muy fácilmente, incluso si lo hacemos a mano, y no se estropea el yeso.
"Después de eso, pusimos el perfil frontal, que es muy fácil, simplemente hay que encajarlo en el yeso y luego atornillar también por arriba y abajo. Yo os recomiendo que el perfil frontal sea igual de largo que la balda, porque luego hay que atornillar encima la tapeta y así queda perfectamente sujeta".
"Para terminar la estructura de la balda, sólo nos queda poner la tapeta frontal. Se venden en piezas de 120 x 5 cm, así que debemos cortarla a la medida con el cúter; con dos pasadas por cada lado es suficiente, pero hay que sujetar bien la tapeta para que no se descuelgue y el corte quede irregular. Si os queda un poco grande, vais raspando con el cúter y ya está. Después se atornilla al perfil frontal como el resto de la balda: broquita pequeña para taladro previo y tornillo, vigilando que no coincidan los agujeros de arriba con los de abajo, y vigilando también que la tapeta quede perfectamente encajada, sin sobresalir ni por arriba ni por abajo".
El jefe de obra hace personalmente la prueba de carga y estabilidad.
Una vez cortada y montada la 'balda piloto' satisfactoriamente, la obra avanzó a buen ritmo. Pin-pon, Baltasar y Wasabi, la decoradora, el jefe de obra y el arquitecto, lo revisan todo antes de dar el aguaplast. "¡Unos verdaderos profesionales!", comenta nuestra amiga.
Nuestra amiga nos debe la foto del trabajo acabado, que sin duda quedó genial, ya que el proyecto es modélico en diseño y ejecución.
Mientras llega la prometida imagen, nos deleitamos con la estantería de Porrillitas y su costillo. ¡Seguro que Lakmé ha conseguido también un rincón de lectura impecable y acogedor!