Las casas pasivas buscan emplear al máximo la energía solar y, por esa razón, deben emplear ventanas de gran tamaño, ya que los rayos solares solo pueden entrar en la casa a través de una superficie transparente o un orificio, para calentar lo máximo posible el interior. Así, con unas ventanas grandes aprovecharemos aún más el sol. Sin embargo, hasta ahora había reticencia a instalar grandes ventanales, ya que los materiales que se empleaban hacía que vidrios grandes se tradujeran en un mal aislamiento.
Actualmente, los materiales empleados permiten que las ventanas ofrezcan un aislamiento similar al de un muro de piedra de 60 cm de grosor. Además, la tecnología actual permite asegurar la estanqueidad de la ventana, para que no se cuele el aire. Por esa razón, vivamos o no en una vivienda pasiva, debemos asegurarnos de tener ventanas que garanticen a nuestra vivienda un buen aislamiento, tanto térmico como acústico.
Así, hay ejemplos de casas pasivas certificadas, como la Brandywine House, en Washington, que destaca por un impresionante diseño y, además, por un consumo nulo. ¿Cómo? Combinando cerramientos muy aislantes con el uso de energías renovables. Aquí vemos algunas imágenes:
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Fuente imágenes: Robert Gurney Architect