No es la primera vez que os hablo aquí de reciclaje y de lo que me gusta dar una segunda vida a las cosas viejunas, con sabor e historias que contar.
Estoy totalmente a favor de reciclar muebles viejos, de esos tochos, creados con maderas gordas y duraderas. Soy muy fan del gigante sueco para muchas cosas, pero creo que como lo de antes...no hay y que lo bonito de una pieza es el ser única y especial y si puede tener un toque nuestro....mejor que mejor!.
Hace unos días dando un paseo dominguero con la familia me encontré con un mueblecito en la basura al lado del contenedor y claro....los ojos me hicieron chibiritas.
Sé que quizá para algunos de los que me estáis leyendo sea difícil de entender el subidón que me produce un hallazgo de estos.
En la cabeza se me amontonan las ideas para el lavado de cara que convierta a ese mueble injustamente abandonado en un mueble protagonista de un rinconcito chulo de casa (pintura, barniz, papel....), sin embargo... estos segundos de euforia suelen estar empañados, como pasó también este día, por preguntas de mis acompañantes como: sí?, pero para qué lo quieres? Dónde lo vas a poner? u otras tan poco disuasorias como...si no tiene tiradores! O bufff esto tiene que pesar!.
Este día se añadían las de mis sobrinos "pero eso habrá que higienizarlo no?"...jajaja....a lo que yo siempre contesto...venga porfa, agarra de ahí que no puedo sóla!. Porque ciertamente pesaba lo suyo! ;)
Entiendo como os digo que haya personas a las que le parezca cutre, vergonzoso o de mal gusto coger cosas que otras personas consideran inservibles. A mí me parece un lujo poder aprovechar una cosa que otra persona desecha y disfrutar de ella no sólo cuando ya ha pasado por chapa y pintura sino durante ese proceso de "rehabilitación".
En casa tenemos mueblecitos del baño, baldas, cabeceros, espejos, mesas, sillas...no, no todo lo he encontrado en la basura, algunas han venido de otras casas en las que ya no se usaban, pero siempre con esa idea de reciclar y aprovechar que creo que siempre, pero más en estos tiempos que corren, tan bien nos vendría adoptar como costumbre.
Bueno....sermón a parte....empezamos con la tarea.
Esta semana se la dedico a mi nuevo inquilino. Hoy os mostraré cómo con unos pasos muy sencillos he tuneado el cajón y en la próxima entrada veréis el cambio completo del mueble.
Empezamos?
El cajón, al igual que el resto del mueble, estaba forrado con un aeronfix de cuadritos que fue lo primero que arranque. No me costó nada porque estaba muy estropeado e incluso el pegamento estaba como un poco "revenido".
Al cajón le faltaban los tiradores, sólo tenía los anclajes en los extremos que los quité con ayuda de un destornillador y ya solo me quedaba lijarlo.
El mueble tenía un barniz que estaba muy deteriorado e incluso en algunas zonas ya había desaparecido casi por completo y al lijarlo con una lija suave descubrí que la madera era bien bonita.
Para forrar el cajón volví a tirar de mi queridísimo atlas (por aquí podéis ver otras de las utilidades que le he dado) y utilicé un par de páginas para renovar el cajón y el interior del mueble.
Para ello...tan sencillo como pegar las páginas con cola blanca y después aplicar encima un barniz para protegerlo.
Como veis en la foto al extender el barniz protector el mapa se combó y parecía que iban a quedar bolsas (momento pánico) pero al secar se estiró y alisó completamente.
Como ya os he dicho antes, el mueble no tenía tiradores pero claro cómo no....una "diogenera" como yo tenía unos cuantos antiguos guardados y entre ellos elegí los que podían quedar mejor.
Los grandes se los coloqué al cajón y lo único que tuve que hacer para ello fue taladrar la madera para colocarlos en el lugar que yo quería.
En la parte de abajo de las puertecitas iban los más pequeños que estaban pintados de una pintura blanca que con el tiempo había amarilleado así que los pinté con chalk paint blanca y una vez secos los lijé para quitarles parte y que quedarán como desgastados con aspecto más envejecido.
Como mi intención no era darle un aspecto moderno ni nuevo al mueble, sino todo lo contrario no me importó ni las imperfecciones de la madera ni los agujeros que quedaron de los antiguos tiradores así que no me preocupé de disimularlos con masilla ni nada por el estilo.
Y así es como el mueble viejo se empezó a convertir en Mi Mueble
Sois vosotros de los míos o moriríais de vergüenza si paseando conmigo por la calle os pido que os remanguéis y dobléis el espinazo para echarme una mano?.
Seáis o no como yo,creo que el resultado os va a gustar.
A mí me tiene enamorada y aunque les cueste reconocerlo a muchos de los que me acompañaban el domingo también les ha robado el corazón! ;)
Os espero el jueves con la Segunda Parte para ver el resultado final, solo os adelanto que hay más mapas, chalk paint, lejía y hasta pintura de pizarra.
Os lo vais a perder?