Todo depende de los ojos con que se mire y es que lo que para algunos no vale nada para otros esta lleno de posibilidades. Lo que hoy os traigo es la restauración de una mesilla antigua encontrada en la basura.
Ya sabéis que el primer paso es lijar el mueble para quitar la vieja pintura o barniz y poder dar uno nuevo. Una vez hecho esto limpiamos la pieza con un trapo para poder aplicar una imprimación, yo suelo usar una que además lo protege contra insectos xilófagos, más vale prevenir.
Si vais a usar los pomos que tenía el mueble podéis saltaros este paso pero yo suelo cambiarlos por alguno más moderno, así que me toca hacer un nuevo agujero y tapar los anteriores con masilla para madera.
¡Ahora llega la parte creativa! En este caso voy a pintar la mesilla de rojo y blanco para que conjunte con la habitación donde la voy a poner, pero esto va por gustos, lo que si que recomiendo es la combinación de color claro en unas zonas y oscuro en otras porque queda genial. Para pintar en dos colores es importante enmascarar la zona que vaya del otro tono con cinta de carrocero y así aplicaremos la pintura solo en la zona deseada. Este proceso es más lento ya que hasta que no seque la zona del primer color no podemos pasar al segundo, ya que hay que enmascarar la parte que pintamos primero.
Una vez hecha la combinación de colores procedemos a dar el efecto envejecido. Hay varios métodos como lijar para que se vea la madera de debajo o superponer capas de pintura, entre otros. Yo he optado por el segundo, aplicando pintura de forma aleatoria y retirándola con un trapo para que quedase un efecto de manchas y/o líneas.
Por último aplicaremos un barniz protector que además le da un brillo muy bonito, y colocamos los pomos que hayamos escogido.