El corcho blanco ofrece llamativas cualidades: es resistente, muy ligero, inalterable a la intemperie y de manejo sencillo. Estas virtudes, tan gratas a los bricolegas, se completan con la ventaja definitiva:!es muy barato! Por todo ello, el porexpán ha asumido infinidad de aplicaciones en campos tan diversos como la construcción, la escenografía y el aeromodelismo.
Hemos pensado que podemos aprovechar el corcho blanco por su resistencia al sol y la humedad, y su excelente capacidad de flotación, en un montaje destinado a la piscina o a la playa. Seguiremos el método usado por muchos escultores, que hacen sus bocetos previos en porexpán uniendo con adhesivo varios trozos de plancha, hasta formar un bloque macizo. !Vamos a verlo!
Aquí aparecen los materiales y herramientas que utilizaremos en nuestro diseño. La plancha de porexpán la hemos comprado en un almacén de construcción, el sitio idóneo ya que hay mucha variedad de tamaños. El corcho blanco que hemos escogido tiene casi 3 cm de grosor, y unos 2 metros cuadrados de superficie.
Lo más cómodo para el transporte en el coche es trocear la plancha allí mismo con las manos, según el tamaño que convenga.
El cúter y la regla metálica forman una pareja muy bien avenida. Con su ayuda, es un juego de niños cortar los materiales más diversos: cuero, cartón, plástico, tejidos... El poliestireno expandido, incluso de este grosor, se deja seccionar con toda facilidad.
Igual que con las demás herramientas, debemos elegir un cúter de buena calidad si queremos un instrumento que haga cortes limpios y nos dure mucho tiempo.
Hemos sacado cinco recortes, utilizando el primero como plantilla, sin obsesionarnos con la exactitud ya que luego perfilaremos el bloque. Este método sirve también para reciclar un embalaje de corcho blanco.
Siguiendo las enseñanzas del profesor Navarro Lizandra en su excelente libro Maquetas, modelos y moldes, utilizaremos un adhesivo específico.
Además de la perfecta adherencia en un material no poroso, este pegamento ofrece la ventaja de que al secar queda relativamente blando: cuando lijemos la pieza, el fino estrato de adhesivo se desgastará al tiempo que el corcho.
La cola blanca, mucho más dura, provoca la aparición de crestas en la superficie con el lijado. Por ello, el profesor Navarro desaconseja la cola de carpintero para unir porexpán, práctica muy extendida.
Después de remover bien el producto tal como indica el fabricante, lo extendemos por una de las caras a unir, con la misma cuchara de madera. Nos hemos puesto unos guantes de nitrilo, para evitar posibles irritaciones y también para evitarnos engorrosos lavados después de manipular un producto tan pegajoso.
Una vez presentado y conformado el bloque, lo hemos desglosado, poniendo las piezas una a continuación de la otra, dándoles la vuelta para aplicar el adhesivo en la cara que corresponde.
Extendemos bien el producto, y siguiendo las instrucciones de la etiqueta lo dejamos secar unos 10 minutos antes de proceder a la unión.
Transcurrido dicho intervalo efectuamos el montaje en el orden inverso. Iremos comprobando cada vez que en el adhesivo no ha caído ninguna bolita blanca de las que pululan en la mesa de trabajo, procedentes de los cortes, porque ello perjudicaría la correcta unión. Aquí no podemos evitar acordarnos del cuento infantil de la princesa y el guisante.
En esta imagen podemos apreciar que los cortes con el cúter salieron bastante limpios, incluso sin haber puesto demasiada pulcritud en la tarea. Ya hemos 'armado' el bloque, apilando los trozos de uno en uno, y sólo queda someterlo a cierta presión durante unas horas, para que las capas de pegamento se alisen, y todas las superficies de unión queden bien acopladas.
Confiaremos la misión de compactar el bloque a un escogido lote de libros, procurando que el primero tenga tapas duras, para repartir homogéneamente la carga.
Y ya hemos conseguido la materia prima con la que podremos realizar muchos divertidos elementos veraniegos: un dado gigante para que jueguen los niños, un barco que dominará las aguas de la piscina, un decorativo islote con su palmera a escala... ¿por cuál nos decidiremos? Lo veremos en un próximo reportaje.