Así, el aislamiento de la fachada se puede realizar de dos formas distintas:
1 Aislando la parte exterior. Es la opción recomendada cuando lo que buscamos es reforzar el asilamiento de una vivienda ya construida y queremos evitar realizar una gran reforma dentro de la casa. Para ello podemos optar por distintas posibilidades:
- El sistema SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior), con un aislamiento al cerramiento a partir de una terminación de mortero monocapa.
- El sistema de fachada ventilada, con diferentes acabados cerámicos o de piedra natural.
Con este sistema se puede eliminar los puentes térmicos de la estructura, reducir a la mitad la pérdida energética e, incluso, mejorar la estética de la vivienda o edificio.
2 Aislamiento por el interior, que se lleva a cabo cuando no se quiere modificar la estética exterior de la vivienda. Así, este sistema te permite actuar de forma individual en tu casa, sin contar con los vecinos. Para ello se puede optar por dos opciones:
- Si la fachada tiene cámara de aire vacía, inyectar un aislamiento.
- Si no dispone de cámara, podemos instalar un panel de aislamiento en el muro, con una terminación de yeso laminado, lo que nos hará perder unos 8 centímetros de superficie útil en los muros de la fachada.
Así, para conocer un poco más sobre el aislamiento y las fachadas eficientes, podéis ver este vídeo:
Podéis encontrar más información sobre el aislamiento aquí...