No he podido recuperar ambos puesto que al ponerme a lijarlos descubrí que uno de ellos tenía carcoma (la peor de las pesadillas de cualquier restaurador), además estaba partida la madera del asiento y las uniones demasiado sueltas…todo un despropósito para una simple aficionada. Así que centrémonos en el de la izquierda.
Después de lijar todo lo posible, puesto que al tener formas redondeadas con la lijadora eléctrica no se puede acceder y a mano los resultados no son tan buenos, le di una capa preventiva y curativa contra insectos xilófagos (la maldita carcoma).
El proceso de pintado es muy sencillo: dos capas uniformes de chalk paint color blanco tiza y una vez secas la misma pintura en gris antracita. Para crear el desgastado solo lo he aplicado donde me interesaba (zonas de mayor relieve o profundidad) y quitaba el sobrante con un trapo, si no quedaba el envejecido a mi gusto volvía a repetir inmediatamente, así hasta conseguir el efecto deseado. Si en algún sitio me había pasado con el gris lo quitaba con una lija de taco una vez seco.
El asiento está hecho con una técnica diferente. Sobre el blanco he cubierto con una capa uniforme del mismo gris que ya había usado, una vez seco he lijado toda la superficie por igual y el resultado se debe a las irregularidades de la propia madera. Aunque parecía liso no lo es en absoluto, así las partes superiores ahora se ven del primer color que pinte: blanco y las inferiores al revés: grises. A mi me parece que queda un desgastado muy original e irrepetible ya que se debe en exclusiva a la textura del mueble.
Imposible olvidar a mis abuelos con esto en casa, y me puede servir como una genuina mesa auxiliar, porta-macetas, etc.