Esta mesita de noche antigua, cómo no, fue rescatada de la calle. Me encantó, tan pequeñita y tan mona...
En general no estaba en mal estado, si no hubiera sido por el cajón. Éste estaba literalmente destrozado y hasta le faltaba la trasera, así que hubo que recomponerlo con varios recortes de madera.
En el frontal tuve que empeñarme a fondo con la masilla para madera, porque estaba prácticamente dividido en dos partes.
Le faltaba una de las esquinas, que tuve que formar literalmente con masilla.
Varios desperfectos más que tuve que rellenar por aquí y por allá...
Los laterales de la mesita estaban forrados con una lámina muy fina, completamente resquebrajada y levantada en gran medida, así que la retiré con una espátula porque aquello no tenía otra solución.
Según voy escribiendo y subiendo fotos, estoy pensando que no sé por qué dije al principio que no estaba en mal estado jajaja.
Limpié a conciencia y lijé la mesilla de noche , especialmente esos laterales que habían quedado desnudos, esperando que la madera quedara uniforme y en buen estado para pintar... pero no fue así. Debajo de esa lámina había una madera mala que por mucho que lijé seguía llena de imperfecciones.
La veta del sobre era bonita, lo que me hizo dudar si pintarla o nutrirla bien y dejarla vista. Siempre que veo una madera bonita me da muchísima pena taparla.
El color lo tuve claro desde el principio: el Gris Kioto de la chalk paint La Pajarita, un gris verdoso muy bonito al que yo hubiera llamado más bien "Verde Vintage"... ya sabéis que esto de los nombres de las pinturas es un caso. En los relieves y los surcos de las patas, pinté casi a pincel seco.
La mayor duda fue el frente del cajón. A pesar de que quedó bastante bien una vez recompuesto, enmasillado y lijado, nunca se hubiera visto completamente liso si lo hubiera pintado. Quizá a cualquier otra persona le hubiera pasado inadvertido, pero a mí se me iban a ir los ojos allí todo el tiempo.
Tenía que empapelar el frente, y elegir un papel siempre me resulta lo más difícil... o no encuentro lo que quiero o dudo entre dos o tres, siempre me pasa lo mismo.
En este caso, quedaban muy bien dos papeles de decopatch de los que tenía: fondo en el mismo verde de la pintura y flores menuditas rosas (con lo cual resultaría una mesilla más femenina) o mapas (resultado más masculino, a mi modo de ver). Más coqueta o más tirando hacia un estilo "vintage-industrial"?
Cuando me ocurre esto, paso a elegir los tiradores y siempre me funciona. La elección de éste me hizo decantarme por los mapas; creo que hacen una pareja estupenda.
Algún desgastado muy ligero para no recargar la mesilla, con las patas ya era más que suficiente.
En los laterales que habían quedado tan feos, encolé dos cortes de dm que creo que quedaron muy bien integrados.
Aún quedaba otro problema por solucionar:
Con pasta de modelar hice el trocito de pieza que faltaba:
El interior del cajón ya visteis que estaba de pena, así que lo forré completamente con papel grueso, del que utilizamos para empapelar paredes. En un taller me dieron este rollo que me viene estupendamente para estas cosas.
Y por fin:
Siempre que arreglo una mesita antigua, no pienso en ella únicamente como mesilla de noche. Podemos utilizarlas en muchas otras estancias y convertirlas en prácticos y decorativos auxiliares.
Esta pequeña mesa quedaría ideal en un rincón de un salón o de un dormitorio con una lámpara de sobremesa, una planta o algún detalle decorativo.
También veo en ella una estupenda mesa telefonera...
...o un revistero diferente, con el que podríamos dar un perfecto toque vintage a cualquier rincón.
Si alguna vez llega a vuestras manos una mesilla antigua pensad muy bien en todo su potencial y no miréis únicamente su uso tradicional, o animaos a dar un nuevo aspecto y un uso diferente a alguno de vuestros viejos muebles.
Después de un breve parón obligado, voy a intentar ponerme al día lo antes posible. Para empezar, voy a unirme esta semana al Finde Frugal de Marcela.
Muchos besos y como siempre, mil gracias por estar ahí!