Podríamos decir que la lana de acero es un estropajo de alta calidad, que nos permite realizar trabajos delicados en limpieza y restauración Siempre veremos este material en los talleres de los restauradores, y os recomiendo tener una madeja lista en vuestro rincón de bricolaje, porque os será de gran ayuda en tres labores:
1.- Lijado suave, tanto en objetos pequeños como en muebles que sólo requieran una cuidadosa limpieza. La lana de acero se fabrica en tres números, desde el 0 hasta el 000, siendo este último el de textura más fina. Podéis ver un ejemplo de uso en la restauración de un especiero antiguo.
2.- Decapado. En muchos casos, para retirar el gel es preferible recurrir a la lana de acero en vez de a la rasqueta. Trabajaremos entonces con guantes protectores, ya que el decapante es un ácido, echando algunas gotas de alcohol en el ovillo. Así limpiamos un antiguo celemín de grano.
Y en tercer lugar, una prestación que muchos bricolegas desconocen: la lana de acero es perfecta para lustrar metales deslucidos e incluso con principio de corrosión, por ejemplo la llanta de una bici
Con un poco de paciencia, dejaréis la rueda más deslucida como la que aparece en la foto. ¡Merece la pena el esfuerzo!
¿Has utilizado alguna vez lana de acero en tus trabajos?
[Fotos: facilisimo.com/Fernando Barón]