1 El tambor. Este espacio puede convertirse en el principal foco de escape del frío creado en el interior con medios como el aire acondicionado, así como de entrada de calor (y sin contar con el ruido). Para evitarlo, una buena persiana lleva incorporada en el tambor una pieza aislante, que impide las filtraciones y convierte a la persiana en una barrera.
2 La transmitancia térmica. Es lo que mide el aislamiento térmico, de forma que, cuanto más bajo sea el valor, mayor capacidad aislante tendrá. Lo normal es tenerla por debajo del 2.
3 Aislamiento acústico: Lo aconsejable es que se sitúe en un valor inferior a los 42 dB.
4 Permeabilidad del aire, es decir, si va a entrar aire a través de la persiana o no. Lo ideal es que sean de clase 4.
Teniendo en cuenta estos cuatro criterios clave, podrás tomar una buena decisión a la hora de comprar tus nuevas persianas. Y es que son el mejor complemento para una ventana aislante de buena calidad.
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