No tenemos muchas opciones, por lo que esa primera sensación es la determinante. Claro que tampoco podemos invertir fortunas en mejorar el piso, solo se trata de tener un poco de habilidad.
Luz y amplitud
Los factores externos al piso no los podemos modificar (zona, trasporte, edificio, etc.) pero si el interior del mismo. Si se trata de una casa podemos mantener el aspecto exterior lo más prolijo posible, pero hay que concentrarse en el interior.
Básicamente las personas buscan un lugar para vivir con mucha luz y con ambientes que den la sensación de amplitud. Por ello, son dos de los puntos más importantes en los que debemos enfocarnos.
No debemos mostrar nunca una casa, apartamento o piso a oscuras o donde sea difícil de moverse, ya que la sensación que transmitirá será de encierro o falta de libertad.
Esto significa que, antes de comenzar a buscar un comprador, debes solucionar los problemas de cableado o focos y lámparas defectuosas, hacer una buena limpieza y sacar lo que no sea necesario. No debemos desecharlo si no queremos, pero sí buscar otro lugar para guardarlo.
Lograr un buen ambiente
En ese sentido, debemos retirar todo lo que no es necesario cuando vienen a verlo. Si hay que sacar algún mueble, se saca. La idea es mostrar algo bien despejado.
Si podemos pintar de colores claros, algo que no es una inversión importante mejor aún. Prolijidad y pulcritud son las palabras clave. Pero para que una persona pueda verse a sí misma viviendo ahí, es importante quitar todo lo que sea muy personal de la vista.
Si se ve lleno de fotos de una familia, no le resultará tan fácil visualizar ahí. Las fotos y manualidades de los niños, deben quedar, por ahora, fuera de la vista.
Para dar sensación de luz, cortinas abiertas. Si no es realmente luminoso, que lo parezca. Por ejemplo, en la cocina podemos colocar una o dos lámparas en la encimera (que estará lo más vacía posible) encendidas.
No se nota mucho el truco y da más luz. Lo mismo con el resto de la casa, haz más luminoso tu dormitorio, el salón, y demás, ya sea con las cortinas, lámparas o ventanales abiertos.
En el baño se retira todo, salvo las mejores toallas y que sean a juego con el resto de los colores del baño. Un viejo pero efectivo truco es preparar café y galletas, de modo que al entrar se sienta aroma a hogar.
Limpieza antes que decoración
Algo que nunca pasa desapercibido, cuando entramos a una casa nueva, es la sensación de suciedad y desorden del lugar, por lo que se vuelve una prioridad limpiar todo, incluso los lugares menos accesibles.
Al igual que en el caso de las fotografías familiares y las manualidades, el tener luces llamativas o pinturas de colores poco uniformes, puede aumentar el sentimiento de desorden, por lo que debemos guardarlos para presentar una decoración sobria y limpia.