Hola a tod@s,
¡Espero que estéis bien!
Hoy vengo con un post que mi marido me recomendó publicar.
Tras pensarlo bien y preguntar a algunas de vosotras que qué opinabais, he decidido hacerlo; al final son incidentes que nos pueden ocurrir a tod@s y es importante. Bueno, importante no: IMPORTANTÍSIMO, por eso escribo en rojo.
Llevo sin tocar una sola herramienta desde estos últimos 2 meses porque cometí una imprudencia que ha resultado ser algo serio: me quité los guantes un minuto y no me los volví a poner mientras estaba lijando una mesa.
La mesa no estaba en mal estado pero necesitaba una buena limpieza. Al tener tablones con las juntas abiertas, la suciedad de muchos años se había acumulado dentro por lo que tuve que utilizar muchas hojas de papel de lijar y luego una espátula para llegar a las juntas.
Cuando llegué abajo, resulta que un trozo importante de la traviesa estaba despegado y empecé a lijar fuerte para igualarlo. Para apreciar si seguía el desnivel, me retiré los guantes y toqué la madera: le faltaba un poco y EN VEZ DE VOLVER A PONÉRMELOS, seguí lijando más fuerte aún (los papeles de lijar ya estaban muy gastados y no me di cuenta enseguida que les faltaba grano para seguir utilizándolos) cuando de repente, se me clavó una astilla en la palma de la mano derecha. Se me durmieron 2 dedos enseguida.
La astilla fue a alojarse de forma totalmente horizontal entre la primera capa de la piel y el tendón. Se me infectó muy rápidamente. Me ingresaron en el hospital para erradicar la infección y posteriormente, me operaron para sacarme la astilla (la infección hubiera podido transformarse en septicemia si no me hubieran ingresado con antibióticos por vía venosa).
Ahora estoy bien, recuperándome y con algunos puntos de sutura (escribo con un dedo hasta que me retiren los puntos).
Aquí hay 2 temas fundamentales:
1. NUNCA HAY QUE QUITARSE LOS GUANTES MIENTRAS ESTAMOS LIJANDO. Algunas veces, es necesario porque tenemos que tocar cómo está quedando lo que lijamos y si falta o no; pero si falta un pelín, DEBEMOS VOLVER A PONERNOS LOS GUANTES, SÍ O SÍ y no cometer la imprudencia de no hacerlo.
Las manos (y los pies) son miembros muy delicados y hay tantos nervios, tendones, articulaciones, etc. que resulta extremadamente complicado (incluso) operar.
Algunas veces, nos emocionamos con el bricolaje y se nos olvida una parte importante: la prevención. Al fin y a cabo, manejamos herramientas y un descuido nos puede llevar a un problema muchísimo mayor.
2. La otra imprudencia es que cuando el papel de lijar está muy gastado, HAY QUE TIRARLO INMEDIATAMENTE. El hecho de que no quede mucho grano en la hoja aumenta el riesgo de que se deslice el papel demasiado rápido y que terminemos lijando con la palma de la mano!
Espero que tengáis muy pero que muy en cuenta estos consejos porque ¿de que nos vale que una mesa o una estantería quede muy bonita si nos invalidamos una mano o que un corte nos impida seguir con nuestro hobby, o peor aún: con nuestras actividades diarias?
Antes de tirarla y para el recuerdo, os pongo la foto de la dichosa astilla; mide 1,7cm y más de 1mm de grosor? ¡Besitos a tod@s y no os asustéis: ¡tan solo tened cuidado!