Una amiga me encargó darle más alegría a un mueble imponente que tenía en su salón. Tras la elección del tono y el resultado, el espacio donde está el mueble ha ganado mucha luz.
Es un mueble que le da un aire a una mesa panera o una despensa. Se nota que cada puerta y cierre manual está hecho artesanalmente porque se aprecia la irregularidad en el labrado y los cortes, que le da un encanto particular.
Suelo recurrir a la pintura de leche en mis encargos, sobre todo cuando se trata de muebles de madera maciza. Si son macizos, aun más porque considero que es la única pintura que resalta la expresión del tiempo.
Las fotos se hicieron cuando no había mucha luz natural y las del resultado final cuando era de noche pero se aprecia la fina textura de la pintura en el acabado final con la cera.
Aquí está el mueble recién pintado y sin desgastar.
Con este trabajo, me paso por el blog de Marcela, para ver sus frugales.
Anne
anne charriere