En La Fabriquilla nos encantan los palés y todas las posibilidades que tienen, por eso cuando nos encontramos uno (ya que la gente los tira en cualquier parte) nos lo llevamos al taller, y allí pensamos en lo que vamos a hacer con él. En este caso lo teníamos claro, pues estábamos trabajando en la transformación de una habitación infantil, así que nos vino como anillo al dedo.
El palé era mas grande de lo que necesitábamos, así que lo desmontamos por una de sus caras y cortamos a 90 cm de ancho, justo la medida de la cama. Las tablillas que quitamos las utilizamos para colocarlas por la parte frontal del cabecero evitando los huecos entre tablillas. Colocamos tabillas también en los costados para tapar el armazón interior del cabecero. No importa que las tablillas no queden perfectas y a la misma distancia, precisamente las imperfecciones es lo que le da “la gracia”. Aprovechamos hasta los clavos!!! sólo los enderezamos con un alicate y listo para clavar.
Una vez terminado, lo limpiamos bien, lo lijamos y aplicamos un tratamiento especial para madera, insecticida y funjicida curativo y preventivo que actúa en profundidad en nuestro cabecero. Y pintamos la parte interior en blanco que aunque no se vea pues “las cosas bien hechas, bien parecen”.
Para el frente del cabecero diseñamos una estrella que recortamos de un papel vinílico que encontramos en cualquier tienda asiática, no importa ni la calidad ni el color porque sólo nos sirve de plantilla.
Pintamos de gris la zona del cabecero donde colocaríamos la estrella de cinco puntas, y una vez seco, pegamos nuestra estrella para pintar todo el cabecero con chalkpaint en blanco tiza. Sin dejar secar la pintura recién aplicada, retiramos el vinilo que pegamos anteriormente con cuidado y ahí apareció nuestra estrella gris sobre el fondo blanco.
Nos quedó tan bonitooooo. Nos encanta, y sabemos de buena tinta que a otra personita también. ¿Y a vosotros?
Si no os atrevéis o no teneis tiempo, nosotros os lo hacemos!
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