Ya era hora de publicar y pasarme por aquí, porque el blog llevaba sin nuevo post desde el 2017, así que...¿aún estoy a tiempo de felicitaros el año? :)
Entre fiestas y viajes la verdad que no he parado, y ahora estoy que no paro pero en casa y con nuevos diys, así que tengo posts para rato! Eso sí, sencillitos, que sé que también os gustan.
Hoy os enseño un reciclaje de los que tanto me gustan, utilizando material de mi divino contenedor!
¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!
Hace ya mucho, mucho tiempo me encontré varios marcos de madera, de diferentes tonos y tamaños, y uno al que no le encontraba todavía un uso del todo práctico, era el que utilizo hoy para este DIY.
Lo había utilizado poniendo una cuerda en la parte superior para colgar alguna percha, en plan...¿expositor de prenda? jajaja, pero hacía tiempo que lo tenía apartado hasta encontrarle un nuevo uso, ¡y por fin llegó el día!
El marco en sí estaba perfecto, y aprovechando que el otro día pinté por fin la habitación de trastos para hacer una habitación en condiciones y poder subirla a Airbnb, no se me ocurrió cosa mejor que hacer de él un cabecero de cama, porque justo me encajaba con las medidas.
Sólo hace falta un marco grande, que incluso se puede fabricar con unos listones, y cuerda, que en mi caso fue de sisal y de papel en color negro.
¡Y una grapadora, claro! Aunque con clavitos también se podría hacer.
Fui grapando a ojo sin ninguna medida ni forma pensada, primero una y después la otra, mirando que no quede en ningún lugar un espacio excesivamente grande...
¡y ya tenemos cabecero!
Fácil, ¿verdad?, y además de lo más económico posible, que en mi caso fue gasto totalmente nulo puesto que tenía ya los materiales!
A mí el resultado me encanta, y más viendo el cómo he cambiado esta habitación en dos días, que os lo enseñaré en otro post.
¡¡Nos leemos pronto y espero que os haya gustado!!