Cuando hablamos de la necesidad de ahorrar agua no queremos decir que evitemos o ignoremos este recurso vital; más bien nos referimos a un uso inteligente, racional o ecológico del mismo. El agua es un bien tan preciado, que en el mundo globalizado y consumista donde vivimos apenas somos conscientes de su importante y vital rol. Pero esto va a cambiar a partir de ahora: nos hemos propuesto iniciar una serie de post con recomendaciones para un uso y consumo sostenible, empezando por consejos muy fáciles de llevar a cabo. El cambio sustancial en nuestros hábitos empieza, valga la redundancia, por el firme propósito de cambio. ¡Y esto es algo mental! Si tú también deseas un 2018 más ecológico y económico, vente con nosotros.
Obsolescencia programada vs. tecnología ecológica
Parte de nuestro día a día se caracteriza por las compras desaforadas y, en muchas ocasiones, innecesarias. La obsolescencia programada está ideada para, no solo hacernos creer que necesitamos algo, sino para convencernos de que debemos deshacernos de ese producto al cabo de 'x' años (casi siempre muy pocos) para ser reemplazado por otro y, así, favorecer el consumo. Bien, la buena noticia es que ya existen empresas que intentan frenar esta locura consumista que, además de vaciar nuestros bolsillos, dinamita el medio ambiente.Una interesante iniciativa que nos interesa son los perlizadores o economizadores de agua. Su función es nivelar el gasto y reducir el uso de energía eléctrica empleada para calentar el agua. Además, una ventaja que presentan es que suelen durar mucho tiempo hasta tener que ser reemplazados.
También existen termostatos de ducha, que ya son empleados en muchos hogares donde ha existido una reforma pensando en la economía y en la ecología. Estos aparatos regulan el paso del agua pero también su temperatura. ¿Qué conseguimos con ellos? Ahorrarnos esos minutos que invertimos desperdiciando agua y decidiendo, a la vez, si ese agua está lo suficientemente caliente para proceder al baño o ducha.
Trucos que podemos aplicar nosotros
Ya sea en el baño o en la ducha podemos poner mucho más de nuestra parte para conseguir reducir el consumo de agua y también de agua caliente en invierno. He aquí al menos 10 consejos más:- Cepillarnos los dientes con agua fría y con el grifo cerrado. Hay pequeñas acciones que podemos hacer sin agua caliente, tales como la citada anteriormente o bien proceder al último lavado del cabello con agua tibia o fría. Por cierto, esta última, mucho más beneficiosa para la cutícula capilar.
- Opta por ducharte, siempre que sea posible. Un baño relajante está muy bien, pero no es lo más economizador... Hay acciones igual de relajantes y con las que no despilfarras agua.
- ¿Vas a hacer la colada? Intenta poner lavados al máximo de capacidad. Asimismo, si convives con apenas otra persona o máximo dos personas más, intenta poner la lavadora una vez a la semana.
- Al menos una vez al año, revisa el aparato de aire acondicionado para detectar posibles fugas o problemas que impliquen gasto innecesario de agua.
- No utilices agua corriente para descongelar alimentos.
- ¡Volviendo a la ducha!: mientras te enjabonas, cierra bien los grifos.
- Si tienes plantas, agrupa las que necesiten la misma cantidad de agua en el riego.
- Lava el coche en lavaderos automáticos.
- Da parte, de manera inmediata, de roturas de cañerías o averías en la boca de riego si tienes jardín.
- ¿Sabías que mueren más plantas por exceso de riego que por falta de agua? Ya sabes cómo toca regar a partir de ahora.
Ya no tenemos excusa para no ahorrar agua, ¿no creéis? Pero, además, queremos invitarte a completar esta información en el blog de Vivienda Saludable. Porque, en este 2018, ahorrar agua va a ser mucho más que un deseo... ¡Una realidad!