Se acerca el día de mudanza. Seguramente el peso que conlleva al tomar esta decisión sea difícil interiorizarla en muchos aspectos, pero ¡Tranquilos, es normal! Los cambios siempre nos dan respeto, especialmente si se trata de un cambio en nuestra forma de vida: cambio laboral, mudanza de piso, cambio de colegio de los niños... ¡siempre cuesta! Y, aunque finalmente nos habituemos, es cierto que, si eres una persona que tiende a darle vueltas a la cabeza, tiendes a preocuparte en exceso o bien te gusta la sensación de tenerlo todo controlado, estos consejos pueden venirte bien. ¿Los apuntas?
10 consejos que harán que lo veas de forma positiva
- ¿Respiras correctamente? Parece una obviedad, ¿verdad? Sin embargo, está demostrado que ante cualquier situación que nos genere el más leve quebradero de cabeza, hay que gestionar nuestra respiración, lo que nos ayudará a disipar el nerviosismo y hacer que todo fluya mucho mejor. Inhala y exhala varias veces profundamente cada vez que te asole un pensamiento negativo o estresante en relación a tu mudanza. Esto te ayudará, ¡no lo dudes!
- Balanza de cosas positivas. ¿Sabes que hacer un nivel o balanza mental colocando en uno de los pesos todas las ventajas de nuestro cambio hará que te facilite verlo como algo positivo, de manera inconsciente? También puedes redactar una lista con todas estas bondades y cada vez que sientas 'bajón', no dudes en leerla. Te llenarás de optimismo enseguida.
-Míralo como una oportunidad y empieza a pensar en lo que más te gustará del cambio. ¿Te encanta la decoración? ¿Quizá seas un manitas del bricolaje? ¿Por fin vas a tener espacio para tus cuadros favoritos? Recuerda estas otras ventajas o motivaciones más personales o subjetivas que podrás consumar una vez os mudéis.
- Excelente ocasión para evitar el 'momento Diógenes'. Un consejo en este sentido es, antes del momento de la mudanza, dedicar unos días previos, e incluso semanas, a ir deshaciéndote de cosas que ya no utilizas. Dona aquellas prendas y muebles en desuso y tira aquellas otras que estén muy usadas a sus correspondientes contenedores. La sensación de alivio te hará sentir mucho más fuerte de cara a iniciar el verdadero cambio.
- Si tienes hijos, habla largo y tendido antes con ellos. Te conviene ahorrarte 'rabietas' en el último momento, pero, además, ellos se merecen un tiempo de tránsito para interiorizar y asimilar este cambio. Los peques son los que mejor se suelen adecuar a las adversidades, pero necesitan de más tiempo y de explicaciones más 'elaboradas' y es lógico, ¡son niños! No dudes en hacerles ver lo ''bien que se lo pasarán en la nueva piscina del jardín'' o ''cómo juntos crearéis vuestro primer huerto urbano". Motivarles siempre va a traer beneficios a todos.
Consejos más prácticos: transporte, embalaje o limpieza
- Si decides hacer la mudanza tú mismo, al menos en lo que se refiere a embalar muebles, accesorios y otros objetos... ¡cuidado! No eres experto y por lo tanto se debe extremar el cuidado y la delicadeza con los que los trates. Utiliza sábanas viejas, papel de periódico o papel de burbuja para embalar. Además, preocúpate de cerrar muy bien las cajas donde introduzcas tus pertenencias. Si vuelcan sin querer en el transporte, puedes perder tus objetos más codiciados a causa de un despiste o descuido.
-¿Inventario? No está de más, especialmente si eres una persona despistada o desorganizada. Escribir en una lista al menos las cosas valiosas hará que las localices rápido. El tiempo es oro cuando se trata de hacer una mudanza.
- En el transporte, coloca lo más delicado siempre arriba del todo: porcelana, cristal, cosas frágiles... y deja para la base de tu mercancía aquellas cajas ocupadas por objetos y muebles menos vulnerables.
- Relájate. Puedes concederte 'minirrecreos'. De nuevo, te invitamos a hacer un brake en el proceso duro que implica una mudanza y regalarte pequeños momentos de relax: ya sea una taza de té, leer tu libro favorito durante media hora o dedicarte un baño relajante. Volverás al trabajo que supone con muchas más ganas y energía.
- Etiquetar todo ahorra tiempo: aunque cueste creerlo y parezca una costumbre de personas demasiado organizadas, créenos, en este caso te vendrá de perlas. Y es que localizar dónde está cada pertenencia gracias a un simple vistazo (asegúrate de escribir con letra grande y marcada) es garantía de éxito y ahorrarás tiempo.
- Por último, solicita ayuda. ¡Pero cuidado! Hablamos de ayuda práctica. Válete de ese amigo que es organizado y servicial. Una mudanza es una tarea laboriosa que puede hacerse en muy poco tiempo si todas las personas están implicadas. Si perdéis el tiempo conversando y sin poner el centro de atención en vuestro trabajo, os eternizaréis y entonces sí lograrás desesperarte.
Como ves, aplicando estos trucos puedes lograr que un cambio a tu vida solamente pueda ser a mejor. ¿Qué os parecen estos consejos? Puedes ver más ideas sobre cómo hacer tu mudanza de la mejor forma posible, aquí.
¡Nos vemos en el próximo capítulo!