Los materiales que intervienen en su elaboración son de buena calidad porque existen tiendas especializadas que te ofrecen una amplia variedad de productos. Tienes pigmentos naturales, procedentes de materias minerales y orgánicas. Si te preocupa el medio ambiente, elabora tú mismo la pintura y excluye de la receta los componentes tóxicos que están presentes en la mayoría de fabricación industrial.
La pintura al aceite es idónea para proteger la madera y materiales porosos, pero puedes aplicarla a cualquier superficie. Se adapta muy bien al medio y a los cambios de temperatura; tiene un olor muy peculiar que lo caracteriza.
Qué necesitamos
Utensilios* Lo primero es protegerse de los productos más agresivos y de las manchas que puedan causarte los pigmentos: consigue unos buenos guantes de goma o de látex para manejar bien los productos y una bata, un delantal o alguna camiseta vieja que no te importe ensuciar.
* Para hacer la mezcla de los componentes necesitarás hacerte con recipientes fáciles de manipular y seguros (para evitar que nada se derrame): un barreño, un cubo o una botella y un palo para remover.
Ingredientes
# Color: los pigmentos que se van a utilizar para la coloración provienen de tierras oxidadas, sales de metales, de materias orgánicas o combinaciones químicas. Muchas vienen aromatizadas. Los colorantes en polvo son más adecuados que los líquidos porque se diluyen mejor y hacen la mezcla con los aceites y disolventes más homogénea.# Aceites o aglutinan es: es un secante que da cuerpo al pigmento al oxidarse con el aire. Le aporta resistencia, textura y adherencia. La temperatura más adecuada para que sequen bien está entre los 12 y los 22º C. Hay varios tipos:
- Aceite de linaza crudo o aceite de lino: es transparente, tienen un aroma dulce y se mezcla bien con los disolventes.
- Cocido: es negro y contienen sustancias más tóxicas que el anterior.
- Barniz de aceite de linaza: se caracteriza porque se espesa al sol.
* Disolventes: el más común es la trementina o aguarrás puro. Es aromático y bactericida; muy volátil. Nos servirá para que el color se diluya mejor con el aglutinante y obtengamos una mezcla más homogénea.
* Protector: nos serviremos de él si vamos a pintar un objeto de madera. En ocasiones, puede verse afectado por termitas, insectos o larvas que perjudican tanto a la madera como al resultado final de la pintura. Este insecticida lo añadiremos a la mezcla en el caso de que sea necesario.
* Ceras o barnices: aportan brillo a la solución. Son grasos, de resina común o aceite de linaza cocido. Se preparan en caliente y luego lo diluimos con aguarrás una vez que está frío.
Elaboración
* El primer paso se puede hacer de dos maneras: una, mezclar el aceite y el aguarrás en una proporción del 30 y el 70% respectivamente y, a continuación, añadir el color hasta saturar la dilución; o bien, disolver el pigmento en el aglutinante y añadir después la trementina. Lo que sí es importante que hagas sea cual sea el proceso que decidas llevar a cabo, es remover (no agitar) bien con la paleta para obtener una mezcla homogénea. La cantidad de color también es importante que la tengas en cuenta: si cargas mucho la disolución te van a salir grumos, pero si haces todo lo contrario y te quedas corto con el pigmento, no vas conseguir pintura sino tinte.
* El barniz lo añadirás una vez que hayas pintado y cuando el objeto se seque. Las ceras puedes añadirlas a la mezcla.
Los colores
La gama de pigmentos es muy amplia. En las tiendas especializadas tienes una infinidad de colores que pasan por todas las tonalidades. Si sabes combinarlos, tú mismo puedes hacer las mezclas; de esta manera ahorrarás dinero y aprovecharás todo el material. Pero para ello necesitarás saber qué colores intervienen y en qué proporción.# Puros: blanco, amarillo, magenta y azul.
# Compuestos: son los que obtienes combinando los puros: verdes, ocres, rojos, marrones e incluso negro. Su intensidad dependerá de las proporciones de los pigmentos que intervengan en la mezcla.
- Verde: amarillo con azul.
- Morado: magenta con azul.
- Rosa: magenta con blanco.
- Naranja: rojo con amarillo.
- Marrón: naranja con verde.
- Rojo: magenta con amarillo.
- Negro: amarillo con magenta y azul.
Puedes elaborar muchos más conjugándolos entre sí, pero tienes que evitar excederte en la mezcla porque acabarás saturándola. Recuerda que cuantos más pigmentos combines la solución tenderá a oscurecerse y puede que el resultado no sea el que esperabas. A veces la originalidad no está en lo complejo y lo sencillo resulta lo más adecuado.
Nos ponemos a pintar
Ésta es realmente la última fase del trabajo. Si hemos fabricado nuestra propia pintura es porque esperábamos utilizarla.* Aplicaremos una primera capa siempre en una misma dirección (arriba-abajo, derecha-izquierda). Si nuestro objeto tiene cantos, seremos muy generosos con la pintura y evitaremos que no nos gotee mucho. Esto lo hacemos porque, si se trata de una puerta, los cantos son las zonas que más sufren y los primeros en recibir golpes y sufrir desconchones.
* Dejaremos que se seque para comenzar con la "segunda mano de pintura". Esta nueva capa, más fina, la realizamos para cubrir los defectos que han quedado de la primera. Es importante que sepas que la cantidad de aceite que debe contener la segunda mezcla tiene que ser mayor que en la anterior y así sucesivamente. De esta manera evitaremos que la pintura se agriete o cuartee.
* Por último, aplicaremos el barniz o la cera. El barniz es idóneo para los objetos que están a la intemperie y sufren las inclemencias del tiempo. Los protege y les da el toque final a nuestro trabajo. Los hay mate, con brillo, transparentes o tintados. Es recomendable que barnices una vez al año. Las ceras les aportan un brillo más satinado. Tendrás que calentarlas primero al baño maría y añadir luego aguarrás para que queden más diluidas.
* Debes mantener todo el material en buen estado; sobre todo los pinceles: acláralos con aguarrás y sécalos bien. Cierra los botes de pintura, barnices, ceras y del aguarrás. Evitarás que se sequen así como posibles accidentes.