Buenos días!!!, se que los lunes normalmente no hay post de DIY en el blog, pero más adelante os explicaremos un poco que es lo que estamos tramando, así que por el momento, las publicaciones en el post van a ir variando.
A parte de eso, hoy os traemos un post que nos ha gustado mucho hacer, y aunque ha llevado un poco de trabajo, el resultado no ha podido gustarnos más. Desde que era pequeñita, en casa hemos tenido siempre estufa de leña, para nosotros una de las mejores formas de mantener la casa calentita, así que después de muchos años, esta estufa ya empezaba a necesitar una buena restauración.
Mi padre, ya la restauró en su tiempo, debido a que el calor, la chapa se iba adelgazando, llegando a crear agujeros, así que con mucha paciencia, la resoldó y le coloco unas patitas nuevas. Podemos decir que esta estufa tiene casi más años que yo.
Al mudarnos la primera vez, necesitábamos una estufa de leña y mis padres me dejaron esta, ahora, en la nueva casa ya no la necesitamos, así que lo que hemos hecho ha sido arreglarla un poco antes de devolvérsela, así si necesitan volver a usarla ya la tendrán lista para la próxima vez.
Así que aquí os vamos a dejar la explicación del paso a paso.
Esta es la estufa en cuestión. Como veis, está oxidada y la pintura ya ha saltado por completo.
Lo primero que vamos a hacer es con la ayuda de un destornillador ir aflojando las palanquitas que aguantan la rejilla protectora.
Poco a poco vamos soltando las palanquitas y después con la ayuda de una radial y un disco de papel, vamos a lijar toda la superficie oxidada hasta que lleguemos a la plancha sana.
Es muy importante protegerse bien las manos y sobre todo la cara, ya que al pasar el disco pueden llegar a salir chispas de la radial. No queman, pero se nos podría llegar a meter una chispa en los ojos.
Una vez lijada la estufa, vamos a lijar la rejilla protectora, con una lija de mano, poco a poco vamos lijando todo el alambre y quitando la pintura vieja.
Y cuando lo tengamos la pintaremos del color que más nos guste, nosotros en este caso hemos escogido el color dorado.
Para la estufa, hemos utilizado una pintura anticalórica negra de la marca Novasol Spray. Esta pintura es especial para pintar piezas que van a estar en contacto con mucha temperatura, así que es perfecta para pintar la estufa. La verdad es que ha sido super fácil de pintar, la pintura sale muy bien, y cubre de maravilla.
Le pasamos una primera capa negra de espray y dejamos secar antes de pasar la segunda, este es el aspecto que va cogiendo la estufa.
Una vez seca, ya podemos montar la rejilla en la estufa y ya la tenemos lista para usar.
Como veis, con un poco de pintura y tiempo podemos dejar la estufa reluciente como el primer día.
¿Verdad que parece nueva?