A continuación podemos ver el estado en el que se encontraba la citada camarera, aparte de faltar partes de la madera, las que quedaban estaban sujetas con una decena de tornillos y tuercas que hacían de parches para mantenerla unida y en pie, tras un par de años en la intemperie todo el barniz estaba levantado y la mayoría de piezas encorvadas por la humedad.
Las bases de las dos plataformas de marquetería estaban totalmente inservibles por lo que fueron reemplazadas y las ruedas que quedaban había que cambiarlas y reparar la base de las patas donde iban encajadas.
Así es como me encontré esta reliquia, así que me puse manos a la obra esperando devolverla algo de vida.
Placas de marquetería sustituidas
Comenzamos con el separado de todas las piezas para un mejor lijado, tomamos medidas de las planchas para sustituirlas y vamos encolando las piezas rotas con ayuda de unas pinzas.
Muchas de las partes hay que limpiarlas de moho ya que están muy ennegrecidas, también se limpian todos los herrajes y se buscan las piezas para sustituir algunas que o no existían o estaban pasadas de rosca.
Esta vez también me he ayudado de la lijadora eléctrica que la verdad ahorra bastante tiempo y trabajo.
Se oscurece ligeramente la madera
para adecuarla al nuevo mobiliario
donde se va a colocar.
las bandejas se forran con un papel vintage plastificado para protegerla del derrame de líquidos.
Una vez forrado procedemos
al encolado, en este caso uso
cinta de carrocero para sujetar
bien las piezas.
Una vez secas todas las piezas, montamos todas las partes.
Por último sustituimos las ruedas
antiguas por unas mas pequeñas.
Aquí el resultado final que se ha rematado con una capa de barniz al agua para evitar el brillo excesivo, esperemos que unos cuantos años nos siga haciendo el servicio.