Así, a la hora de pensar en la resistencia o aislamiento térmico externo de una vivienda, debemos atender a 4 cuestiones claves:
1 El aislamiento de muros. Si nuestra vivienda se encuentra en un edificio, y no de los últimos pisos, es el que más nos va a afectar. Para aislar los muros se debe instalar un material aislante térmico en ellos, ya sea por fuera, por dentro o bien inyectándolo en el interior del mismo. De este modo, entre los materiales aislantes podemos encontrar el poliestireno expandido, lanas minerales, poliuretano...
2 El aislamiento de las ventanas. En este sentido la mejor inversión serán las ventanas de PVC con doble acristalamiento térmico, ya que son las que mayor aislamiento ofrecen en el mercado, frente a las de aluminio y a las de madera.
3 Aislamiento de cubiertas, algo que nos afectará sobre todo si vivimos en un chalé o en el último piso de una vivienda. El calor siempre sube, por lo que es importante evitar que escape con el tejado. Para ello podemos instalar tabiquillos, vigas de madera, rastreles, cubiertas ajardinadas, pavimento flotante...
4 Aislamiento de las instalaciones, es decir, de las tuberías, de la caldera, de los acumuladores de calor...
Aquí podréis encontrar más consejos sobre el aislamiento...