El aislamiento acústico protege a la vivienda de la entrada de ruidos externos en la misma. Y es que, aunque parezca mentira, las consecuencias del exceso de ruido en nuestra salud pueden ser muchas y muy importantes: fatigas, dolor de cabeza, deterioro de la vista, crecimiento del riesgo de gastritis... Todo esto se produce, sobre todo, cuando la diferencia entre el ruido total y el ruido del fondo supera los 5 dB de día y los 3 dB de noche.
Es por eso que es muy importante prestar atención al Aislamiento acústico y, para ello, debemos atender a unas cuestiones clave:
1 Localizar el ruido.
2 Escoger los mejores materiales aislantes. Por ejemplo, las capas de cemento o ladrillo cubren más que una de vidrio. Por su parte, si la casa ya está construida, podemos recurrir a la fibra de vidrio, la lana de roca, el poliestireno expandido...
3 Las ventanas deben estar muy bien insonorizadas, y para ello debemos tener en cuenta la forma de apertura (mejor practicables), la permeabilidad y el tipo de vidrio (en función del espesor, cuyo nivel mínimo es de 6 mm). Además, las ventanas de PVC son las más aislantes.
4 Aislar las paredes, mediante una doble pared o una de doble hoja cerámica.
5 Aislar el suelo. El suelo flotante es el mejor contra los ruidos.
Aquí podéis encontrar más consejos e información sobre el aislamiento acústico...
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