Hola amigos!!
Espero que hayáis pasado una Pascua estupenda, nosotras hemos estado atareadas estas semanas pasadas planeando cosas para disfrutar del tiempo tan estupendo que estamos teniendo, y también acabando algunos proyectos que tenía en mente.
No sé si recordáis el banco que hice la semana pasada y que fue mi primer proyecto usando herramientas yo sola, pero estaba tan emocionada por haber sido capaz de hacerlo que empecé inmediatamente a buscar otras cosas por aquí que pudiera cambiar.
Y mis ojos se pararon en esto
Mi marido se enamoró de este botellero hace como unos 12 años, y se ha mudado con nosotros dos veces… Siempre tuve la esperanza que se perdiera en uno de los traslados, pero desafortunadamente eso no pasó. Y aquí estaba, frente a mi, y decidí que necesitaba “algo”.
Lo más molesto de él (aparte de ser feo con ganas) es moverlo para limpiar. Es muy pesado y al tirar de él hacía un ruído estrepitoso. Vale, necesitaba unas ruedas, pero ¿donde, cómo?
Busqué una pieza de madera, medí las patas y planeé hacer unos agujeros para que las patas encajaran en ellos.
Perfecto!!
Ahora le tocaba a las ruedas.
Una vez que estuvieron atornilladas en la madera, medí la altura.
Corté una madera que compré de la altura que necesitaba, y la corté en inglete con la sierra de mesa.
Coloqué los trozos en su sitio y los aseguré con cola y unas puntillas muy finas.
Con un poco de masilla, la preparé para pintarla.
Lo primero fue imprimarla antes de pintarla con spray.
Pensé que un trozo de cordón muy fino quedaría bien alrededor de la base para añadirle un poco de detalle.
Si recordáis la parte superior, era de cristal. Como no me gustaba, mientras esperaba que la pintura se secara diseñé un papel con rayas en zig zag y lo llevé a imprimir a la copistería porque era demasiado grande para mi impresora. Lo pegué al cristal y le pinté una raya gris claro alrededor. Lo último fue barnizarlo para protegerla.
Después de pintar el botellero con spray de color blanco, también le aplique dos capas de barniz.
Ahora resulta realmente sencillo de mover con sus ruedas!
Y si os estáis preguntando por qué hay una botella vacía allí, es porque es tan bonita que no puedo tirarla. Pero eso ya será otro futuro proyecto.
Las copas fueron un regalo a mis padres en el día de su boda. Una se rompió hace años, pero ahora las cuidamos con mucho esmero porque tienen un valor sentimental muy grande.
Espero que a mi marido le guste tanto como a mi! O al menos, que esté contento porque es sencillo de mover.
Si queréis ver otros tutoriales los encontraréis en la Galería.
Gracias por la visita!
Abrazos,
Pili
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La entrada El botellero que pasó de aburrido a estupendo aparece primero en My Sweet Things.