1- Apostamos por el color
La cocina puede ser el lugar ideal pare reflejar y desarrollar nuestras ganas de romper con la monotonía. ¿Cómo? Muy fácil, a través del color, y es que es de las pocas zonas de la casa en donde podemos atrevernos con muebles rojos, verdes, morados, azules y de todas las tonalidades, sin correr el peligro de caer en el exceso. Fíjate en estas ideas y diseños tan inspiradores que tenemos a nuestro alcance:
- Muebles fabricados en MDF con terminación en brillo en un rojo espectacular, combinados con paredes blancas y, el punto fuerte, una pared en ladrillo visto.
- Una cocina compuesta de aglomerado de color óxido, combinada con paredes turquesas y suelos de madera envejecida.
- Un llamativo azul cielo para tus muebles, acompañado de paredes blancas y baldosas hidráulicas en blanco y negro. Una cocina ideal para los amantes de lo retro.
- También podemos trasladar el color a los suelos, paredes y a la encimera, y decantarnos por la elegancia, la claridad y la luminosidad del blando para los muebles.
Además, puedes conseguir ese cambio tan deseado sin necesidad de cambiar los muebles, gracias al esmalte-laca de poliuretano, con el que podrás pintar el mobiliario de la cocina y conseguir un acabado resistente y duradero.
2- Orden en la cocina
La organización es básica en cualquier hogar, la mejor compañera de la decoración, y mucho más en estancias como la cocina, donde tantas cosas guardamos y en la que tanto tiempo pasamos. Por ello, algo tan básico como añadir accesorios y detalles que nos permitan ser más ordenados significará dar un paso adelante en el camino hacia la cocina perfecta. ¿Qué posibilidades tenemos? ¡Hay mucho entre lo que elegir! Podemos emplear accesorios de rincón, módulos extraibles, organizadores para cajones, cajón extra para debajo del fregadero, módulos especieros, bandejas giratorias para el interior de muebles en esquina...