1. La temperatura. El estado de confort de una vivienda está muy influenciado por la temperatura en su interior. ¿Y cuál es la temperatura adecuada? Cuando la persona está en reposo, la temperatura ideal es de entre 18º a 20º. Así, es importante no abusar del aire acondicionado en verano o de la calefacción en invierno, pues haremos un importante gasto energético y económico. Además, una mala climatización puede provocar problemas de salud como resfriados. Pero, además de la climatización, es importante el poder mantener dentro de la vivienda el calor o el frío generado, y es ahí donde entra en juego el aislamiento térmico, sobre todo en los muros que estén en contacto con el exterior, la fachada y las ventanas.
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2. El ruido. Al igual que es importante contar con un buen aislamiento térmico, también influye muchísimo el acústico. El exceso de ruido puede tener consecuencias como el insomnio, los dolores de cabeza, efectos en la conducta, la atención, la memoria... En este sentido, la opción más rápida y efectiva para garantizar el confort es sustituir las viejas ventanas por modelos de PVC, con doble acristalamiento.
3. La humedad. Hablamos, por un lado, de los problemas que puede generar un ambiente seco, como es la sequedad de la piel, problemas en el mobiliario, problemas respiratorios... lo que podemos combatir con ayuda de los humidificadores. Por otro lado, el exceso de humedad puede provocar la aparición de moho, hongos, problemas estructurales en las paredes por efecto de la condensación, y, como consecuencia, problemas de salud como el asma, dolores de cabeza, alergias... Así, la mejor opción es mantener unos niveles regulares de humedad, y para ello es fundamental la ventilación, que debemos hacer cada mañana, durante al menos 10 minutos, y a ser posible de forma cruzada, es decir, abriendo dos ventanas opuestas de la casa.
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4. La polución. Sobre todo durante los meses de verano, en los que pasamos gran parte del día y de la noche con las ventanas abiertas, nuestras viviendas se ven expuestas a la contaminación exterior, fruto del polvo, el aire contaminado, el humo del tráfico... Además, pueden influir otros factores como fallos en la campana extractora, obstrucciones en las salidas de humo, ácaros invisibles... Todo ello puede derivar en problemas respiratorios, irritaciones en la piel, alergias... Así, una vez más vamos a recurrir a la ventilación como la mejor solución para combatir la polución exterior, así como una buena limpieza del interior para reducir el polvo, los ácaros...
Aquí podréis encontrar más consejos para vuestro hogar...