El principal inconveniente de las humedades es que se detectan cuando el problema ya se hace visible y solo nos queda repararla. Y, para la reparación, es necesario determinar qué tipo de humedad es: por condensación, por filtración... Para ello podemos partir de estas pautas:
- Si se trata de una filtración de la lluvia, lo notaremos porque son marchas muy delimitadas, que aumentan cuando hay precipitaciones.
- Si es una humedad fruto de una fuga, una rotura en las cañerías, un mal sellado en las juntas... se reflejarán en forma de aureolas concéntricas, que irán creciendo según se vaya acumulando más cantidad de agua.
- Si la humedad es exterior, aparecerán como erupciones blancas en la fachada.
- Por último, para saber si son humedades por condensación, debemos pegar un poco de cinta adhesiva con papel de aluminio en la pared dañada, y comprobar si aparece vaho en el aluminio. Si es así, es que hay condensación.
¿Qué podemos hacer si hemos detectado humedades para impedir que sigan creciendo y evitarlas en un futuro?
1. Intentar emitir la menor cantidad de vapor de agua posible.
2. Revisar las fisuras de la fachada cada tres años.
3. Revisar el tejado.
4. Limpiar los canalones y bajantes.
5. Instalar ventanas de PVC.
6. Cerrar las puertas de las estancias más húmedas de la casa.
7. Mejorar el aislamiento de las paredes que den al exterior.
8. Poner doble acristalamiento en las ventanas.
9. Hacer una buena ventilación.
10. Evitar golpes en puertas y ventanas que puedan generar fisuras.
Aquí podéis encontrar más consejos para vuestra vivienda...