Los muebles de Ikea son famosos por su montaje sencillo y por su buena relación calidad-precio. La sección infantil es una mina para todos los aficionados al bricolaje, dada la cantidad de accesorios que allí encontraremos como excelentes sucedáneos de otros muebles mucho más caros. Es el caso la restauración de una silla de niño, que muchos compradores utilizan como reposapiés.
En esta restauración de una silla de niño, obtendremos como resultado un ‘cofre de los secretos’ para las fiestas infantiles de verano, donde los pequeños podrán recoger su número para los juegos que se organicen, o cualquier detalle simpático de recuerdo. El tuneo nos ha salido todavía más barato porque la graciosa silla en miniatura va a descatalogarse, y las últimas existencias se venden a precio de saldo.
La sillita se fabrica en varios colores. Siguiendo las recomendaciones de la responsable del departamento, hemos escogido el azul, una opción segura en cualquier trabajo decorativo. Los muebles de Ikea llegan siempre bien embalados, con instrucciones diáfanas y todos los materiales precisos para el montaje.
En pocos minutos realizamos el montaje, sólo presentado, sin cola ni tornillos, para marcar las zonas que lijaremos.
Desmontamos la silla, y procedemos a lijar por dentro los bordes inferiores de las piezas que forman el asiento. La finalidad es retirar el barniz y la pintura, de modo que la cola tenga adherencia. Utilizamos la lijadora eléctrica, con un papel de grano número 120, procurando no dañar la pintura fuera de las zonas delimitadas.
Finalizado el lijado, volvemos a montar la sillita, insertando ahora los seis tornillos de rosca madera, que se ajustan fácilmente con la llave Allen también incluida en el kit.
Aquí vemos ya la sillita completa. Nuestro diseño se aparta de las instrucciones de Ikea: en vez de atornillar el asiento, hemos realizado el montaje dejándolo suelto, para convertirlo en la tapa de nuestro singular cofrecillo para niños.
Guardamos las escuadras metálicas en nuestra caja de herramientas, seguro que a no tardar encontrarán utilidad en algún trabajo próximo.
La modificación es realmente sencilla, sólo tenemos que dejar la tapa suelta y poner un fondo. Lo haremos con tablero contrachapado de 4 mm. Marcamos el área por dentro y recortamos con la sierra de marquetería.
Cortando por el borde un tablero DM, obtenemos los tres listoncillos que necesitamos para sustentar el fondo. Comprobamos cuidadosamente la alineación, aplicamos cola y sujetamos un buen rato con las prácticas pinzas de resorte, ideales para estos trabajos.
Después de pegar los dos soportes laterales, volvemos a poner el fondo, marcamos la posición del tercer listoncillo, y lo encolamos.
Una vez encolados y firmes los tres soportes del fondo, ponemos cola en las caras superiores, donde apoyará el tablero, y lo colocamos. Con unos improvisados ayudantes de la cocina nos aseguramos de que las uniones recibirán la debida presión.
Y de esta forma tan sencilla hemos realizado un divertido cofre 'secreto' para las fiestas de los peques. Lo rellenaremos con pelotas, libretitas, cintas, golosinas, pequeños tesoros de todo tipo, que llenarán de felicidad a los invitados de la fiesta. ¡Guárdate la idea para este verano!