Mis padres tenían un dormitorio aproximadamente del año 1975, del cual ya sólo quedaba una mesita. La estética de la mesita es muy lineal, lo cual me gustaba mucho, pero la chapa y el color era muy de la época.
En el cuarto de mi peque me venía de perlas con un pequeño cambio de aires. Al no tener ni polilla ni nada parecido, sólo necesitaba una mano de pintura. Para ello utilicé una pintura de Leroy Merlin que es un esmalte sin imprimación para cocina. Es un pintura que huele bastante fuerte al usarla por lo que conviene usarla en lugar ventilado. No hace falta lijar el mueble ni echar imprimación previa. Simplemente limpiar el mueble y pintar con un rodillo.
El fondo de los cajones lo he forrado con un adhesivo en color gris a juego con la puntura. En 1975 mi madre los forró con un papel fabricado en Suiza...de esos que ya no quedan ni por la calidad ni por la originalidad de diseño.
Le pasé 2 manos, suficiente para que quedase perfecto. También he pintado la parte interior de la mesita, el fondo del mueble ya que al abrirlo se ve y como el color era muy diferente y me sobraba pintura pues la utilicé al máximo.
Le he puesto unos tiradores también de la misma tienda, dos de ellos iguales y el tercero diferente por darle un toque más original.
Lo único que tengo que decir es que ha escachado en un par de sitios pero muy poquita cosa, imagino que también debido a que es un niño de 5 años el que usa la mesita y quizás no tiene el cuidado adecuado.
El resultado es una mesita heredada de los 70´s que tiene una segunda vida en el cuarto de mi peque.
Seguro que muchas de las que me leéis habitualmente sois aficionadas también a restaurar muebles ¡Larga vida al reciclaje !
Feliz semana y gracias por estar ahí,
Patricia,