Para aprender sobre los trabajos de restauración, primero debemos conocer ¿qué es decapar? Pues, es un proceso necesario para retirar las antiguas capas de barniz, laca o pintura que tengan los muebles. Normalmente es el paso previo a la hora de volver a tratar la madera para dejarla como nueva. Lo más común es que ésta se muestre muy deteriorada, lo que implica que habrá capas irregulares y agrietadas de pigmentos o barnices. En palabras de Antonio Caballero, restaurador, "llamamos decapado al proceso de disolver y eliminar de forma manual las lacas viejas, barnices, goma laca, etc, mediante un producto decapante en disolución". Para llevar a buen término este trabajo de restauración podemos recurrir a las siguientes herramientas:
* Pistola de aire caliente: nos será de gran utilidad gracias a su capacidad para retirar capas viejas de barniz en superficies de madera. "El aire caliente funde el barniz durante unos momentos, permitiendo su eliminación con la espátula", nos explica el experto.
* Espátula: se trata de una herramienta muy habitual que nos ayudará a eliminar las capas sueltas por el decapante.
* También necesitaremos brocha, estropajo, bayeta, desengrasante, decapante y guantes.
Los decapantes químicos no pueden disolver las capas antiguas de barniz o pintura, pero permiten ablandarlas, lo que facilita enormemente el trabajo que supone eliminarlas. Utiliza unos guantes para protegerte las manos y usa una brocha para extender bien el producto sobre la superficie que vamos a decapar. Dejaremos que los químicos intervengan tal y como se detalle en las instrucciones. Según Antonio Caballero: "volveremos a aplicar una segunda capa generosa de decapante, pero esta vez cogeremos el estropajo y lo empaparemos con el desengrasante, limpiando la superficie". Luego secaremos con la bayeta.
Otra opción de decapado nos la ofrece la pistola de aire caliente. "Para ello, necesitamos un simple soplador de aire caliente y una espátula con la empuñadura de madera. El barniz, sobre todo en capas gruesas, se reblandece así de manera sencilla y se retira por completo con la espátula. De ese modo, llegaremos también a zonas rehundidas, que podremos trabajar con el decapante líquido".
Sustituir piezas con el encolado
Antes de ponernos manos a la obra en la restauración de muebles, es conveniente analizar el material, la técnica utilizada y la causa del deterioro, así como calibrar los daños que ha sufrido. Según el experto consultado, "una regla básica es, sin duda, la de intervenir lo menos posible con la inclusión de piezas nuevas; una buena restauración consiste en preservar la integridad del mueble antiguo". Sin embargo, muchas veces lo mejor es actuar rápidamente, a fin de que el deterioro no vaya a más.
La intervención se recomienda cuando se trata de contrachapados y taraceados que tienden a desencolarse. No obstante, no debemos olvidar el modelo y estilo originales, utilizando, siempre que podamos, la misma madera y orientando bien las vetas. "Ciertos muebles de valor", añade Antonio Caballero, "exigen la llamada restauración de pátina, que consiste en sustituir partes irrecuperables (chapas o piezas de madera maciza) por otras obtenidas de muebles viejos inservibles: de este modo, se logrará el máximo resultado en cuanto a la conservación, tratando de respetar las características originales del mueble".
Para cambiar la pieza rota, tendremos que desencolar, ya que el adhesivo es el medio habitual para unir maderas machihembradas. No obstante no viene mal comprobar que el ensamblaje no se hizo con tornillos o clavos, en cuyo caso, hemos de recurrir a herramientas específicas para retirarlos. Introduciendo alcohol con una jeringuilla conseguiremos disolver la cola antigua. Ahora sólo nos queda pegar la pieza nueva mediante el proceso del encolado:
Herramientas necesarias:
* Cola vinílica para madera.
* Lija.
* Un pincel de tamaño medio.
* Una espátula.
* Un martillo.
* Una mordaza de madera.
* Cuerda resistente.
* Pedazos de listones.
Procedimiento:
Antonio Caballero nos explica el proceso: limpiar bien las piezas que se van a encolar y lijarlas. Si éstas son de pequeñas dimensiones, emplearemos el pincel para aplicar la cola; en caso contrario, se usará la espátula (el adhesivo se extiende siempre en las dos superficies).
Extendemos y cubrimos con la cola toda la pieza, pero nunca de manera abundante. Eliminar el exceso inmediatamente. Ahora la tarea es hacer encajar las piezas encoladas. Recurriremos a una mordaza de madera para que mantengan su posición, aunque si no tenemos, siempre podemos usar una mordaza metálica o un sargento para apretar. En estos casos, para evitar marcar la pieza, pondremos un trozo de madera que la proteja de los posibles daños del metal.
"Para asegurar los ángulos encolados de una silla o de un cajón, se emplea una cuerda resistente, que tensaremos en torno a la pieza; es decir; alrededor del fondo de la silla o del cajón. Para no dañar las aristas con la cuerda, podemos insertar falcas de madera, dos en cada ángulo. Si queremos asegurar superficies angulares oblicuas, por ejemplo, la cornisa superior de un armario, existe un tipo de muelle que puede aplicarse después del encolado mediante la correspondiente tenacilla". Se recomienda que las mordazas o aprietes se mantengan durante ocho horas.