Lo compramos a un particular, un mueble muy bonito en cuanto a diseño y en un estado muy bueno, pero que lo habían pintado en color crema y, anteriormente, en dos tonos de azul, lo vimos cuando removimos toda la pintura.
Lo primero fue decapar y quitar toda la pintura con la que llegó. Para ello utilizamos decapante y por otras zonas pistola de calor, Fue un trabajo bastante cansino, ya que eran muchas las capas de pintura que tenia.
Una vez quitada toda la pintura, lo limpiamos bien tanto quitando restos de decapante y pintura, utilizamos agua y lana de acero. Para dar una limpieza profunda utilizamos un trapo con agua y jabón de escamas.
Posteriormente pasamos una lija para abrir un poco el barniz y limpiamos para quitar el polvo con un trapo con alcohol de limpieza
El siguiente paso fue dar imprimación; nos ayudará al agarre de la pintura y reducirá las manos a dar de pintura. Le dimos dos manos con un lijado superficial entre ellas, ya que con la primera capa vimos que la madera manchaba y sangraba un poco.
Tras la imprimación, lo que hicimos fue pintar. Aplicamos tres manos de pintura y, al igual que en la imprimación, se lijó con lija fina toda la superficie entre manos: es necesario para conseguir un
acabado uniforme y liso.
Con la pintura aplicada comenzamos con el barnizado. Hemos utilizado barniz satinado al agua, pero aplicando un pigmento para conseguir un efecto ligeramente metalizado.
Por último tocó colocar las molduras y tiradores. Hemos utilizado dos molduras de resina con formas, e hicimos con masilla de modelaje unas molduras en forma de media
luna. Para pegarlas hemos utilizado pegamento de contacto y clavos. Utilizamos la pistola de calor para dar un poco de forma ya que las puertas tienen una ligera línea curva.
Para acabar pusimos los tiradores que habían sido pintados previamente en dorado con pintura acrílica
Unas fotos bonitas y tenemos nuestro aparador antiguo totalmente restaurado listo para lucir por muchos años mas