Por eso, una vez Pedro y yo nos mudamos aquí, decidimos hacerlo!
Antes de nada empezaremos con varias cosas que tenemos que tener claras antes de crear nuestro huerto:
1. Que las plantas reciban luz directa. Cuantas más horas estén nuestras plantas al sol más energía obtendrán a través de la fotosíntesis.
2. Elegir el recipiente adecuado para lo que queremos cultivar, ya que si elegimos uno pequeño la planta no se desarrollará lo que debería y si elegimos uno grande estaremos malgastando sustrato y sitio.
3. Utilizar sustrato orgánico
4. Estar pendientes de que nuestras plantas tienen una humedad constante, pudiendo regarlas de forma manual o con riego automático
¿Cuáles son los pasos que hemos seguido para plantar las semillas?
Lo primero, hemos comprado las semillas, el sustrato y un semillero, todo en el vivero muuuy bien de precio. Hemos elegido verduras como zanahorias, tomates, pepinos, pimiento, rábanos y cebollas y, de paso, unas flores para alegrarnos un poquito el interior de nuestra casa.
Una vez con todo en casa hemos rellenado el semillero de tierra e introducido las semillas, a la distancia que el mismo envase de semillas te indica que lo hagas, cada planta tiene una profundidad a la que tendrás que introducirlo.
A cada carril de semillas les he puesto el nombre con un cartelito y un palillo para no olvidar qué son cada cual una vez vayamos a transplantarlos a los maceteros que próximamente os enseñaremos cómo vamos a hacer.
Y... voilá! Agua y sol y mucho cariño. Y a esperar a que salgan.
Recordad que tienen que estar la mayor parte del tiempo posible al sol. La orientación ideal es sur o suroeste. Además no os olvidéis de regarlas, con el tiempo que acecha, todos los días. Si queréis, por comodidad, podéis incluir un riego automático.
Si vosotros también os habéis animado a plantar un huertecito nos encantaría que compartierais con nosotros vuestra experiencia, algunos tips que podamos incluir aquí o cualquier pregunta que tengáis estaremos encantados de resolverla!