La encontré trasteando en el altillo de mis padres, como tantas veces hago. Perteneció a mis padres, y digo perteneció porque ahora es mía, desde que se casaron, hace ya cuatro decadas. Con esta maleta, y alguna más, hicieron su viaje de novios en un 850 recorriendo Andalucía y Extremadura, compaginando las visitas a familiares con visitas culturales, vamos igual que los viajes de novios de ahora…
Miles de veces la habré visto por casa de mis padres y miles de veces habremos estado tentados a tirarla a la basura, por suerte para mí, esta pequeña maleta sobrevivió a la tentación, cosa que no hicieron el resto del juego… ¡sniff, sniff!
Ahora toca decidir que es lo que guardaré en ella, ¿complementos?¿algunos recuerdos?