Así podemos verlo en las tallas de piedra que pueblan los pórticos de las catedrales, donde el carpintero con la inconfundible sierra aparece junto con otros artesanos, armados de sus herramientas emblemáticas. Básicamente, la sierra de bastidor es una H de madera, cerrada por abajo con la hoja de corte, y por arriba con una cuerda o alambre para tensarla.
La herramienta más precisa
Varias cualidades explican el longevo triunfo de la sierra de bastidor, herramienta manual mucho más precisa y funcional que el clásico serrucho. Ante todo, la hoja no se dobla, un molesto contratiempo típico de los serruchos normales, que rompe la concentración tan necesaria para trabajar madera. La tensión del bastidor, gracias al torniquete de cuerda o alambre, confiere a la hoja total rectitud, incluso cuando manejamos el utensilio con una sola mano.De esa forma podemos atender a lo fundamental en el trabajo de corte, que es la marca, la línea a lápiz en la tabla que debemos respetar como lo más sagrado. Otra facultad de esta sierra es que la hoja puede girarse cuando la longitud del corte lo requiere. De esa forma, un tablero puede trabajarse a lo largo de un tirón.
Para toda la vida
La tercera considerable ventaja frente a los serruchos normales es que podemos cambiarle la hoja, igual que con las sierras de cortar metales. Por ello, si la cuidamos bien una sierra de bastidor nos durará toda la vida.Estas razones explican que sea un utensilio calurosamente recomendado por los expertos en carpintería. El ebanista Anthony Guidice tiene en su taller varias de diferentes tamaños, y las emplea normalmente con preferencia sobre cualquier máquina de corte. En su excelente manual Los siete elementos de la carpintería explica cómo debemos utilizar la sierra de bastidor, qué tamaño nos conviene, y el tipo de hoja idóneo según el trabajo a realizar.
Cuesta un poco aprender a manejarla, pero una vez la dominemos se convertirá en una herramienta esencial, y la mejor aliada de nuestras labores de carpintería. El milenario invento medieval funciona hoy tan bien como entonces, y es muy capaz de hacernos olvidar la sierra caladora.