De hecho, según un estudio del Instituto de Seguridad e Higiene en el Trabajo, las personas que habitan en ciudades pasan entre el 58% y el 78% del día en el interior de un espacio, por lo que cuidar el ambiente interior y su calidad es fundamental. ¿Cómo puede afectarnos, por tanto, la falta de aislamiento? Podemos atender a diferentes agentes y sus consecuencias:
- El ruido, por ejemplo, puede ser causante de muchísimas dolencias derivadas de problemas en el sistema nervioso: insomnio, jaquecas, mareos, irritación, estrés...
- El polvo en el ambiente puede general alergias, problemas respiratorios, asma...
- La humedad puede afectar gravemente a los huesos, las articulaciones... Además, puede generar la aparición de moho y hongos, lo que implica problemas respiratorios, malos olores...
- El cambio de clima es un factor que afecta la salud de las personas, puede causar resfriado, congestión nasal, entre otros males.
- En los meses de invierno aumenta el uso de combustibles para calentar las viviendas, los cuales presentan una elevada toxicidad, lo que puede generar graves problemas, sobre todo en las zonas más frías. De hecho, según los datos de la Organización Mundial de la Salud de 2012, alrededor de 4,3 millones de personas mueren al año prematuramente por enfermedades que se pueden atribuir a la contaminación del ambiente interior. En concreto, la OMS registra estas causas: 13% por neumonía, 34% por accidente cerebrovascular, 25% por cardiopatías isquémicas, 22% por neumonía obstructiva crónica y 6% por cáncer de pulmón.
Aquí podéis encontrar más información sobre el aislamiento...