Cuando queremos renovar un mueble, el paso que determinará el resultado final del proceso es la pintura. Es ahí cuando queremos decidir el acabado que queremos conseguir. Así, tenemos, entre otras, dos posibilidades que son las más empleadas: el esmaltado y el lacado. Por eso hoy venimos a enseñaros una técnica de lacado profesional.
La diferencia principal entre ambas es que el lacado deja un aspecto final mucho más brillante que el esmalte. Además, es un tipo de material que seca mucho más rápido y que, por lo general, presenta una mayor duración. Por otro lado, la técnica de lacado tiene la ventaja de que se puede pulir con posterioridad, para extraer más brillo, y de que son más fáciles de extender sin que queden marcas.
Paso a seguir
1 Como en casi cualquier trabajo, el primer paso consistirá en realizar una buena limpieza del mueble a tratar para, posteriormente, realizar el lijado de la superficie. Esto será fundamental para conseguir una base lisa y preparada para la adhesión de nuevos materiales.Así, recordad que a la hora de lijar deberéis tener en cuenta el estado de la superficie para elegir el tipo de lija. De este modo, para la eliminación de la pintura se debe escoger una lija gruesa (números 30 o 40). Aunque, si lo que queréis lacar es un mueble reciente, en buen estado, o que habéis construido vosotros mismos, también podéis usar una semi-gruesa (número 80 o 100).
2 Si después de lijar siguen quedando restos de pintura, podéis emplear un decapante químico. Los pasos a seguir son aplicar el producto con una brocha de cerdas gruesas, dejar actuar 15 minutos y retirar con una espátula los restos. Después de esto, podéis rematar el trabajo con una lija fina.
3 Cuando tenemos la superficie lista, comenzamos a aplicar la primera capa de imprimación o sellador. Lo mejor es que, para asegurarnos una buena adhesión, echemos más de una capa. Por tanto, una vez haya secado la primera, pasaremos una lija de grano fino (números 150 o 180) en círculos para alisar la superficie, retiraremos el polvo, y daremos una nueva capa de imprimación. Cuando esté seca, volvemos a lijar suavemente en círculos para eliminar asperezas.
4 Ya tenemos la madera lista, por lo que podemos aplicar la primera capa de laca. Debemos dar una capa fina de producto y de forma uniforme. Cuando seque, podemos dar una leve lijada, con una lija de grano fino de números 220 o 300, para alisar la superficie, y volver a aplicar una nueva capa de laca. Podemos dar tantas como queramos, lijando entre ellas, hasta conseguir el brillo y el resultado que buscamos.
Agradecimientos: Fotos de facilisimo.com/JuanyEva y facilisimo.com.