Antes de meterle mano al dormitorio de invitados, lo primero que hice fue pensar en los cabeceros. Hasta ahora, teníamos un cabecero de 180 de otra cama para abarcar las dos camas de 90. Nunca me plantee comprar dos cabeceros para cada cama y como la mayoría de los invitados en casa vienen solos o con su pareja, las dos camas estaban juntas y no importaba. Lo retiré (era una tabla de contrachapado forrada de tela que nos hizo un tapicero en su día) para sustituirlo por algo reciclado y que pudiera personalizar a mi gusto. Tras darle vueltas, éstas son las soluciones; os adelanto el DIY antes de publicar cómo ha quedado el dormitorio.
Cabecero nº 1: con tablas de palet
Me hice con un palet para hacer uno de los cabeceros. Traté con anti-carcoma y rellené con masilla los agujeros que dejaron los clavos. Fue relativamente fácil con las herramientas adecuadas: atornillé unas juntas planas y listo.
Aquí se ve cómo han quedado unidas las tablas. La parte trasera lleva nogalina, fue un intento para saber si me gustaba el tono...
Ya que la pared iba a ser blanca, un color demasiado claro no iba a destacar así que conseguí un efecto vaquero mezclando los distinctions azules de Annie Sloan (Aubusson y Greek). He añadido una matrícula de coche que me traje de mi último viaje.
Cabecero nº 2: con contraventana
El verano pasado encontré por 10€ una contraventana con un cierre antiguo en un almacén de puertas y ventanas de casas señoriales. Excepto una grieta en la parte frontal, la madera estaba en bastante buen estado.
Traté la pieza y la decapé completamente. Arreglé la grieta antes de pasar una imprimación.
Por primera vez, he utilizado una pasta que da textura y luego hice una superposición de colores con la pintura de A. Sloan mezclando un rosa Antoinette con un gris French linen.
RESULTADO FINAL
Anne
anne charriere